En la pasada Guerra (in)Civil, el frente estuvo situado más de 2 años en la Sierra Norte de Guadalajara. En la zona republicana, los pueblos más próximos a la línea de fuego fueron evacuados: Beleña de Sorbe, La Mierla, Muriel, Tamajón,…. Algunos para siempre, como Sacedoncillo.
Los pueblos de la retaguardia (Valdepeñas de la Sierra, Puebla de Valles, …) fueron centro de descanso de los combatientes, floreciendo el comercio. Se ganó mucho dinero con los productos de la tierra: caza, huevos, gallinas, tocino, embutidos,… Pero también con otros que traían de Toledo en carro tirado por mulas, en un viaje de 2 semanas: bacalao, mistela, vino,…
Al finalizar la guerra este dinero republicano no solo perdió su valor sino que comprometía a su dueño. Por eso y por lo incierto del futuro, los billetes grandes (de cincuenta y cien pesetas), enrollados y dentro de recipientes de metal y/o vidrio se pusieron a buen recaudo. Ningún sitio mejor que entre la retama del tejado de la casa, donde permanecieron décadas.De algunos escondites se olvidaron los dueños; de otros nunca más se supo, ya que su propietario se llevó el secreto a la tumba. Algunos dineros aparecieron al derribar las casas para construir una nueva; hasta la llegada de la democracia no fueron comentados en público. Del último que tenemos noticias fue en Puebla de Valles, hace apenas 5 años, pero seguro que aún quedan muchos por descubrir.
Son tesoros perdidos de la Sierra Norte. Hay otros muchos, que ya iremos contando.
Lar-ami
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