Conocer la obra del malogrado pintor japonés Tetsuya Ishida (1973-2005) constituye sin duda una experiencia, por lo general delirante, que nos lleva a compartir toda una serie de visiones surrealistas y críticas sobre la realidad de la vida cotidiana del Japón actual y, a la vez, sobre el hombre contemporáneo.
La mirada de Ishida sobre el ser humano nos lo muestra atrapado en una realidad asfixiante, opresora y alienante, protagonizada por toda una serie de seres híbridos que son el resultado de una mezcla (cuyos precedentes formales estarían en las "grillas" y las gárgolas medievales, los seres quiméricos o los personajes del Bosco) propia del mundo de los sueños, las pesadillas o lo absurdo.
La obra de Ishida transmite ansiedad, claustrofobia, soledad, aislamiento, desconfianza, incertidumbre y crisis de ansiedad. Aunque su trayectoria artística solo comprende una década, su material es perturbador y deja una extraña sensación de inquietud en el espectador.
Tetsuya Ishida (石田徹也 nació en junio de 1973 en Yaizu, en la prefectura de Shizuoka, a menos de 200 kilómetros al sur de Tokio, Tetsuya Ishida era hijo de un miembro del parlamento japonés y se graduó en Diseño de Comunicación Visual en la Universidad de Arte de Musashino. Tras formar una compañía multimedia junto al director de cine Isamu Hirabayashi, en 1997 inició su propia carrera como artista. En ella obtuvo numerosos premios, realizó múltiples exposiciones y cosechó grandes elogios de la crítica, lo que le permitió vivir de su obra hasta su fallecimiento el 23 de mayo de 2005. Tenía 31 años cuando un tren le atropelló en un paso a nivel en Tokio. Todo apuntaba a un suicidio. El 26 de noviembre de 2006, un cuadro de Ishida, "Untitled" 2001, se vendió en una subasta de Christie's en Hong Kong "Asian Contemporary Art" por 780.000 HKD.
Puede accederse a una galería de imágenes de su obra pinchando AQUÍ.
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