Está por ver ese cambio en la forma de rodar. Cada uno es hijo de su tiempo, y estos han cambiado mucho. Por sintetizarlo de alguna manera, ahora está muy en boga la posmodernidad, un cine referenciado y de fragmentos, y antes no se practicaba este cine tan referencial. Pero el propio rodaje tiene ya esas referencias, no hace falta recalcarlas. Creo que la última decisión no deben ser las citas, aquello que se defiende en el cine posmoderno. Si nuestras cabezas, por la propia experiencia, están llenas de manera infinitesimal de referencias, ¿por qué recalcarlas? Nunca entiendo el juego metalingüístico como único fin, me toca mucho las pelotas (Risas).
Enrique UrbizuEstoy de acuerdo con este texto de Enrique Urbizu. Dicen que las películas de Tarantino comprenden un crisol de referencias y citas impresionantes. Hasta tal punto que podría decirse que cada película de Tarantino comprende un documento sobre historia del cine. Pero las referencias quedan muy bien para los empollones. Descifrar criptogramas siempre conlleva alguna motivación. Los crucigramas, las adivinanzas, y los jeroglíficos de toda la vida consisten precisamente en esto. Pero a la hora de la verdad si uno no es capaz de filmar una buena historia el resto se va al traste. Estoy convencido de que la refinación intelectual, la filigrana, o el barroquismo culturalista y referencial nunca podrá competir con el instinto brutal de Francisco de Goya, Luis Buñuel o Federico García Lorca. Una limpia incisión en un ojo con una cuchilla de afeitar echa por tierra las tropecientas mil citas del kimono amarillo de Uma Thurman. El recargamiento referencial queda muy bien para quien gusta de hablar en el vacío pero nunca para el que es capaz de convocar la belleza instintiva de una atmósfera cálida, una mirada fría, o una sonrisa desmayada.
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS