Todas las películas pueden tener fallos. En mayor o menor medida, pero suelen estar ahí. Algunas veces son de Raccord -continuidad, si en un plano alguien tiene un vaso medio vacío, no es lógico que al segundo lo tenga lleno-, otras sobre la historia y también puede ser que por algo relativo a la lógica o a la ciencia -en las batallas espaciales no puede haber sonido, por poner un ejemplo-. En lo que llevamos de año The Amazing Spider-Man ostenta la primera plaza en ese aspecto. Y la verdad es que el número de “fallos” no es precisamente minúsculo.
Veintisiete errores son los que se han contabilizado en la página web que recoge tales hechos, Moviemistakes. Pero eso sí, otros dos blockbuster basados en cómics, más concretamente en el género superheróico, también están ahí. Evidentemente me refiero a Los Vengadores y a El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace. Ocupando la tercera y segunda plaza respectivamente.
En Spider-Man, podéis echarle un vistazo aquí, nos encontramos con algunos típicos fallos de continuidad (como he dicho antes). Paredes que no tendrían que estar rotas, batas que crecen a tamaño XXXXL -la de Connors evidentemente-, polvo en la chaqueta de Peter Parker que aparece y desaparece, etc. Cosas que igual cuando estás viendo la película pueden pasar -o no- desapercibidas, pero que en un segundo visionado no acaban pasando por alto.
Si hay algo claro en todo esto, y viendo la lista de arriba a abajo, es que las películas con grandes presupuestos suelen ser las que se llevan mayoritariamente el gato al agua en los gazapos.