Revista Cine
Creador: Joe Weisberg
Ok, la que iba a comentar hoy supongo que tendrá que ser comentada mañana y la que iba a comentar mañana será comentada ahora. No ha terminado el día aún pero supongo que no vale la pena intentar ver algo sólo para tener interrupciones de todo tipo cada diez minutos, así que mejor comentemos algo de inmediato y así me queda el resto del día libre para quejarme amargamente. Malditos fines de semana... El miércoles que recién pasó emitieron el último episodio de la quinta temporada de "The Americans", una serie que al principio nadie veía ni comentaba pero que, de la noche a la mañana, se transformó en la favorita de los grandes medios (de hecho, ésta es de esas series que se mantienen vivas gracias a las buenas críticas... y audiencias no explosivas pero nada desdeñables), y vaya uno a saber por qué, dado que la serie de Joe Weisberg ha sabido mantener una calidad constante a lo largo de sus cinco años de emisión. La próxima temporada será la última y tendrá diez episodios. FX se está quedando sin buenas series y en vez de eso prefiere sucumbir ante la fábrica de embutidos de los señores Ryan Murphy y Noah Hawley. Adiós al viejo y bueno FX.
"The Americans" es una serie que he venido comentando desde su segunda temporada, y si la primera no está acá es porque el blog lo empecé después de su estreno.
Me gusta "The Americans", pero aclaro de inmediato que no tiene un lugar especial en mi corazón y que no me vuelve loco. Es una serie solvente, segura de sí misma, que cuenta con una narración sólida y capaz de mantenerte atento e interesado durante sus tradicionales trece episodios por temporada. Eso sí, aunque tenga gran cantidad de escenas resueltas notablemente, debo decir que extraño una propuesta formal más decidida y arriesgada (la cámara, las composiciones, el montaje... no resultan tan estimulantes ni deslumbrantes como el dilema moral que plantean las numerosas tramas; antes al contrario, me parecen bastante convencionales... lo cual es una lástima porque si la serie es buena, sería realmente memorable con una ejecución formal más atrevida), y que, descontando algunos nombres, a grandes rasgos la dirección de actores es apenas regular (por ejemplo, el compañero del agente del FBI interpretado por Noah Emmerich, que de por sí no es un ejemplo de expresividad y poderío interpretativo, llega a dar vergüenza con su mediocre labor). Sí hay que agradecer que "The Americans" no sucumba a esta moda "nostálgica" ochentera que ha azotado con fuerza últimamente, y es que el creador, acompañado de su plantilla de realizadores y guionistas, sabe que la construcción de una época no consiste en simples referencias pop o vacuos guiños al mainstream más mainstream. Dicho esto, también es cierto que el retrato de la época es más bien contextual, a veces apareciendo cosas sobre Reagan y demás, pero es que tampoco es ése el pilar fundamental de esta serie. Claro, alude a la desconfianza generalizada y a la paranoia, al miedo y al odio tomados de la mano, pero yo diría que lo esencial son los personajes y que todo el rollo de agentes e infiltrados es la excusa perfecta para hacer tambalear sus cimientos ético-morales, personales y humanos (incluso filosóficos); además el espionaje permite construir tramas interesantes y atractivas con personajes igual de llamativos.Sobre la quinta temporada no puedo decir nada nuevo, nada que no haya dicho en las entradas dedicadas a las temporadas anteriores. "The Americans" es una serie de largo plazo, una serie de conflicto único que se va desarrollando a través de varias tramas que exploran distintos aspectos y variantes de la premisa base, que consiste en seguir la vida de Philip y Elizabeth Jenkins, dos agentes soviéticos que, escondidos tras una fachada de estadounidenses comunes y corrientes que tienen su propio negocio e hijos y todo eso, realizan peligrosos trabajos que tienen como fin fortalecer el poderío militar o lo que sea de la Unión Soviética (y debilitar la capitalista maquinaria gringa). Son los tiempos de la Guerra Fría, por supuesto. El fuerte de la serie es su constante atmósfera de ambigüedad moral (más allá de las interesantes tramas que van surgiendo), con personajes mayoritariamente teniendo una doble vida, enfrentados a situaciones límite que no sólo ponen a prueba sus destrezas físicas sino que también psicológicas, teniendo que resolver problemas que involucran seres humanos, etc. En esta temporada los Jennings están cada vez más hartos, con la cabeza en un lugar más tranquilo del que deben estar todos los días, y el conflicto principal en estos trece episodios apunta sobre todo a cuánto están dispuestos a sacrificar para poder cumplir su gran sueño: ser una familia normal, ser personas libres. Imagino que en la sexta temporada veremos cruciales decisiones y muchas, muchas despedidas.
Sí señor, muy buena serie y muy recomendable. Eso sí, dado que la cuarta temporada ponía en una situación más incómoda y expuesta a los Jennings, más peligrosa a fin de cuentas, esta quinta entrega no me parece tan intensa. La trama de la familia rusa desertora vendría siendo lo mejor de los trece episodios, básicamente por ser una suerte de espejo en el que se miran los Jennings, lo cual, en definitiva, progresivamente conduce a los protagonistas a tomar ciertas decisiones. La breve trama del hijo ruso de Philip Jennings también se alza entre lo mejor. Y toda la escena final del episodio once es tremenda. Lo demás es un equilibrado cóctel de tramas y personajes que caen en redes, mentiras y chantajes. Es bueno saber que "The Americans" se despedirá de manera coherente consigo misma y con integridad.