Aunque The Bats es una de esas bandas que están por encima del bien y del mal, desgraciadamente son unos completos desconocidos para gran parte del público, tanto para el generalista como para buena parte del indie. Yo mismo los conocí en 2008 cuando ya llevaban siete discos y veinte años de carrera. La banda de Nueva Zelanda siempre ha estado ahí, y aunque nunca han sido muy prolíficos y han estado largas temporadas sin hacer nada, nunca llegaron a separarse, y de vez en cuando nos sorprenden con alguna joya discográfica.
Y es que no es nada descabellado si decimos que Robert Scott es uno de los personajes más influentes en el indie-rock mundial, ya no solo por estos The Bats que tanto han influido en las nuevas generaciones del indie-pop, si no porque es también el líder de The Clean: la banda que casi definió el concepto del indie-rock, y que influyo a gente tan dispar como R.E.M o Pavement.
Free All Monsters es su octavo álbum en casi 25 años, y en el siguen haciendo lo que ha hecho de ellos una banda a reivindicar: pop melancólico lleno de preciosas guitarras cristalinas, y envolventes melodías. Y es no sé que toman en aquella parte del mundo para hacer este tipo de pop tan simple, pero a la vez tan fresco y disfrutable. Ya que no podemos negar la influencia de sus vecinos The Go-Betweens en la música de esta banda, aunque prácticamente son compañeros de escena.
Desde luego, Robert Scott últimamente esta de lo más sembrado, ya que entre lo último que ha hecho con The Clean, y este nuevo trabajo de The Bats, nos encontramos con una enorme colección de canciones que nada tienen que envidiar a las de sus comienzos. De este Free All Monsters podemos destacar Long Halls, Simpletons, In The Subway o la propia canción que le da título, pero la verdad es que prácticamente todas tienen algo destacable, y es un disco que merece la pena de principio a fin.
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