The boy (William Brent Bell, 2016. EEUU): irregular relato gótico, filmado con elegancia pero tramposo, y casi forzado, en su resolución, aunque con algunos momentos perturbadores, los cuales dan una cierta solvencia y dignidad al conjunto pese a no llegar a calificarlo como terrorífico, pues sus golpes de efecto, al menos hasta su desenlace, no son tal. Su ténebre atmósfera consigue una aceptable sensación de inquietud a pesar de un ritmo megalento y de que un@ se desespera porque ocurra algo que nos quite el bostezo. Su interesante premisa no aprovecha, ni de lejos, todas sus posibilidades. Con todo, tiene un aceptable pase.