¡Hola, amigos! Aquí me tenéis otra vez, a puntito de terminar este 2016 que tantas vidas se está cobrando y que tantas series buenas ha estrenado. Netflix ha vuelto a mi vida de manera inesperada y gracias a eso he podido ver una serie que, al igual que me pasaba con This is Us, serie que ya comenté en su momento, tenía muchas ganas de ver. Esa serie no es nada más y nada menos que The Crown, la famosa producción de Netflix protagonizada por Claire Foy y Matt Smith. Si queréis saber más de esta maravilla, seguir leyendo.
En un primer momento, no sabía si debía de empezar a ver The Crown. Había oído críticas muy favorables de ella y me llamaba bastante la atención, pero yo tengo un problema: que, por lo general, las series que cuentan la vida de un personaje famoso me suelen más bien aburrir. Por eso no estaba del todo seguro, aunque finalmente decidí comenzarla (por probar no se pierde nada).
Lo primero que tengo que señalar es la magnífica interpretación de Claire Foy como la reina Isabel II, cuya actuación es tan brillante que no puedo ponerle ninguna pega. La actriz británica capta la atención del publico desde el primer momento y, con una trayectoria más bien corta, consigue su objetivo de meter al espectador en la historia que se está contando. En menor medida, hay que destacar las interpretaciones de John Lithgow como Winston Churchill (no se por qué, siempre me había imaginado a Churchill así de malhumorado), y la de Vanessa Kirby como la hermana de la reina, Margarita, que en el capítulo "Gelignite" consiguió que su actuación me llegase al corazón.
Tampoco hay que menospreciar la actuación de Matt Smith como el consorte de la reina, que con su interpretación de Felipe de Edimburgo logra que en ocasiones lo amemos por su relación con el personaje de Foy y que en otros momentos le lleguemos a odiar por hacérselo pasar tan mal a la reina (al duque no le vienen bien los celos, el alcohol y las malas compañías). Smith consigue demostrar que no es solo una cara bonita cualquiera. A mí, sinceramente, me convence (y mucho).
Se nota que Peter Morgan es el creador de la serie. Todos sabemos que este señor es un experto en realizar películas y series biográficas, como demuestra en películas como The Queen, Rush o Frost/Nixon. Morgan sabe lo que se hace y trabaja muy bien en este campo. The Crown tiene unos planos maravillosos y una producción excelente. Un trabajo de diez.
Otro de los puntos fuertes de la producción más costosa de Netflix es la música. La banda sonora consigue meterte aún más en la historia, que se te ponga la piel de gallina. A esto hay que añadirle la cabecera de la serie, que a mi parecer es sencilla y genial a partes iguales, con esa música creada por Hans Zimmer (también compositor de la banda sonora de Interstellar, Batman v Superman u Origen), que se va intensificando según avanza la intro.
Además de todo esto, no hay que olvidar otra de las virtudes que tiene, que es la historia. No sé vosotros, pero yo no tenía mucha idea de la vida de la reina Isabel II hasta que comencé a ver The Crown. Sabía un poco por encima y ya está, pero tras ver la serie me han entrado muchas más ganas de saber más de la vida de esta reina y lo que le ha pasado a lo largo de su vida.
Lo único malo que podría decir de esta serie es que en alguna que otra ocasión se puede hacer pesada, sobre todo si no estás acostumbrado a este tipo de series. Los capítulos suelen ser de una hora aproximadamente, algo que en mi opinión me parece un poco excesivo, pero bueno, ninguna serie es perfecta en todos los aspectos. Si te gustan las series biográficas o las series sobre la realeza, te la recomiendo 100%.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido The Crown? ¿Tenéis ganas de verla?
David (@DavidMichele8)