Vale, me he tomado unos días de descanso pero vosotros también ¿eh? Vamos, que el blog no ha tenido precisamente lo que se diría un trajín de visitas: os habéis entregado al polvorón y el gin-tonic como unos desaforados, y aquí se ha quedado esta pobre bitácora musical, raquítica en sus estadísticas, del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada, etc, etc, etc…
Pongámosle remedio: estrenamos 2015, y lo hacemos con una entrada que ya pertenece a este año recién nacido. Quiero decir: por delante aún nos quedan unas cuantas repescas (la célebre y cada día más abultada sección por-qué-no-escuché-esto-antes, ya sabéis…) de ese 2014 ya terminado, pero me hace ilusión esto de estrenar calendario con una novedad. Por si algún despistado no ha empezado a atar hilos al ver el título que encabeza la entrada, ahí van algunos datos: los autores del tema son Cat’s Eyes, el singular dúo formado por el líder de The Horrors, Faris Badwan, y la que (creo que) es su novia, la soprano canadiense Rachel Zeffira. Soprano de cantar ópera, que no es sólo que me refiera a sus cualidades vocales. Hará cosa de cuatro años que publicaron un álbum de debut bastante apañadete (su oscura nana “Not A Friend” fue una de mis canciones imprescindibles de 2011), y ahora vuelven con este que es el avance de la banda sonora que han firmado para la película “The Duke Of Burgundy”: no puede pintar mejor.
Dato interesante: si Peter Strickland, el director de esta película también lo era de “Berberian Sound Studio”, y para aquel segundo título de su filmografía contó con la aportación musical de los maravillosos Broadcast, parece como si en su nuevo trabajo (aún pendiente de estreno en salas comerciales, pero ya celebrado en los festivales de Sitges o Toronto) hubiera querido moverse por unas coordenadas sonoras bastante similares. Esto es, atmósferas oníricas, delicadeza espectral y voces difuminadas. A falta de Broadcast (no hay que olvidar que la banda sonora de la mencionada “Berberian…” sería la última referencia del dúo, completada por James Cargill después del triste fallecimiento de Trish Keenan), buenos son Cat’s Eyes para evocar con sus melodías planeadoras el cine más perturbador de los 60: no en vano la historia va de la singular relación amorosa establecida entre una estudiosa de las mariposas -el lepidóptero que da título a la película es, en concreto, uno de los ejemplares más delicados y raros- y su entregada sirviente; un vínculo ambiguo en el que no están nada claros los roles de una y otra, y en el que a menudo la actitud de las amantes sobrepasa los límites de la dominación (y sumisión) sexual. Vamos, que en lo cinematográfico, la cosa tirará hacia Buñuel (las referencias a “Belle De Jour” son constantes) y a ese cine oscuro y profundamente erotizado que tan bien supo musicalizar el genial Ennio Morricone. En lo estrictamente musical, el trabajo de Badwan y Zeffira es bastante consecuente: grabada parcialmente en los estudios Real World de Peter Gabriel, la banda sonora de “The Duke Of Burgundy” no sólo incluye oboes y clavicordios de ensueño para los amantes de los sonidos vintage, sino que promete convertirse en el acompañamiento sonoro predilecto de todos aquellos que encuentran los deleites más sublimes en las zonas más turbias del alma.
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2015, Bandas Sonoras, Broadcast, Cat's Eyes, Dream-Pop, The Duke Of BurgundyEnlace permanenteDeja un comentario