Revista Cine

‘The Economist’ llama a los españoles “Piratas del Caribe”

Publicado el 20 febrero 2011 por Cinefagos

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Pero tranquilos, no saquéis el Ron hasta llegar al final del artículo. Todavía anda dando coletazos el discurso de despedida de Alex de La Iglesia en la pasada gala de los Goya cuando The Economist”, un semanario británico, llama a los españoles “Piratas del Caribe” debido, en teoría, a nuestro afán por conseguir cosas gratis sin dar nada a cambio. Este artículo, que tiene toda la pinta de ser de opinión, no duda en declarar que España ha “decidido sacar a la Armada”, y continúa haciendo un par de símiles navales que, supongo, para algunos serán la leche de graciosos. No para mí.

El artículo no duda en resaltar el hecho de que con sólos dos clicks de ratón, una persona puede descargarse cualquier “película o serie americana” (qué casualidad), y que, aunque haya gente que proteste contra ella lo cierto es que la ley es demasiado débil, debido a que en otros países las leyes contra la piratería son más estrictas. Vivimos en un mundo donde se criminaliza el hecho de descargarse un disco o una película, pero donde se puede robar, matar y torturar animales (al asesino Knino, por ejemplo) por un precio mucho más barato, y me preocupa el hecho de que la mayoría de las personas que preparan, redactan y tramitan esas leyes no tengan contacto con Internet o con el problema más que desde el punto de vista de las multinacionales, que intentan preservar un modelo de negocio agonizante y se niegan a ver las posibilidades de uno nuevo. Sin embargo lo que más me preocupa de todo esto no es el tono de tales artículos, sino lo que pretenden.

 

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Un usuario de Megaupload visto por Alejandro Sanz

 

Con estos artículos, de clarísima línea editorial, lo que buscan es criminalizar y desdibujar la imagen de ciudadanos, de personas que buscan un servicio que ya existe y que no desaparecerá por mucho que algunos se empeñen. Podemos hacerlo, vamos a hacerlo. La única diferencia es que si las empresas aprovechasen ese formato, TODOS saldríamos ganando. Creo que aquí NADIE está defendiendo podernos bajar todo gratis, de hecho lo único que pedimos es tener el mismo acceso a la cultura y a la información que en otros países, pagar las cuotas que piden los videoclubs online, pagar por un servicio digno, y no bajarnos screeners borrosos en el emule. Pero hay a quien sin duda no le interesa pararse a escuchar esto, para ello utilizan medios de información que tratan a los internautas como un grupo minoritario, apartado y ausente de voz, voto y derechos.

Pero, eso sí, los artistas tienen que tener a su alrededor todo un entramado judicial para proteger sus derechos y sus desmesurados ingresos. En el artículo de “The Economist” afirman que creemos que los artistas viven del aire y que no nos importa cómo se ganen la vida, paguen sus mansiones o sus artículos de lujo. Pero no se han parado a pensar en los precios abusivos para discos de música hechos con una máquina, consistentes en una canción buena y diez de relleno, dejando las otras canciones buenas que el artista ha escrito para siguientes trabajos, asegurándose así diez años de carrera. Aquí el problema es que el público es un criminal al que ya no le podemos sacar todo el dinero que queríamos, pero en vez de cambiar, vamos a encerranos en nuestra burbuja y a gritar muy fuerte muy fuerte con la esperanza de que este problema se solucione por sí solo. O mejor, aprobemos leyes que benefician claramente a empresas privadas (cosa que hasta ahora sólo la Cosa Nostra había hecho tan abiertamente) y pasemos por encima de los jueces para cerrar páginas web. Luego, podemos ignorar las quejas del público, que se presenta con caretas y pancartas, escritores y cineastas que defienden su propio negocio, y editamos la entrada de la ministra en los Goya poniendo un suave rumor de fondo que no deje oír (ni ver, ya que el cámara está de espaldas a los manifestantes) las protestas.

 

Todo esto me resulta agotador. Llevo casi un año  o quizá más haciendo post cada pocas semanas acerca de este tema en concreto, pero creo que lo peor que podríamos hacer sería callarnos y agachar la cabeza. Si os descargáis capítulos de “The Big Bang Theory” y tenéis miedo también de no saber quién será la madre de los hijos de Ted Mosby, tranquilos. Las descargas en internet no se van a acabar, pero cómo dicen los tipos de “The Economist”, el cambio será lento. Tardaremos unos cuantos años, quizá los necesarios para que los nativos digitales ocupen los puestos en las empresas relacionadas con esto, hasta que la gente se de cuenta de que, en un mercado con una demanda tan grande, variopinta y, en ocasiones, inabarcable, la expansión del mercado es su única salida.

 


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