En esta oportunidad, al Inspector Harry Callahan (Clint Eastwood) se le asigna la captura de un grupo terrorista autodenominado “Fuerza de Acción Revolucionaria del Pueblo”, el cual ha estado amenazando a la ciudad de San Francisco durante el último tiempo. Lamentablemente para Callahan, el Departamento de Policía también le ha asignado a un nuevo compañero con el que no está muy entusiasmado; una novata llamada Kate Moore (Tyne Daly), la cual se verá enfrentada a los terroristas y al complicado carácter del implacable Inspector.
Tras el éxito comercial de “Dirty Harry” (1971) y de su secuela “Magnum Force” (1973), los estudios Warner Brothers rápidamente intentaron seguir capitalizando la popularidad del peculiar Inspector interpretado por Clint Eastwood. El primer guión de lo que posteriormente se convertiría en “The Enforcer”, fue escrito en 1974 por dos estudiantes de cine llamados Gail Morgan Hickman y S. W. Schurr, quienes inspirados por las dos primeras entradas de la saga y por el secuestro de la nieta del magnate de las comunicaciones, William Randolph Hearst, ocurrido en 1974, le dieron vida a una historia titulada “Moving Target”. Al mismo tiempo, al interior de la Warner el escritor Stirling Silliphant estaba desarrollando un guión titulado “Dirty Harry and More”, en el cual el Inspector Callahan se veía enfrentado a la asignación de una nueva compañera de raíces asiáticas llamada More. Una vez que Eastwood tuvo acceso a ambos guiones, le pidió a Silliphant que integrara la idea de la compañera en la historia escrita por Hickman y Schurr, y posteriormente le pidió a Dean Riesner, quien había trabajado en los guiones de “Dirty Harry” y “Coogan´s Bluff” (1968), que le diera los toques finales al guión escrito por Silliphant. Por otro lado, para el papel de la compañera del protagonista fue contratada Tyne Daly, quien previamente había rechazado el rol en tres ocasiones por considerar que el personaje de Kate Moore era tratado de manera despectiva en ciertos pasajes del film. Sin embargo, una vez que se le permitió intervenir en la construcción de su personaje, la actriz finalmente aceptó participar en la cinta. Por último, cabe mencionar que si bien Eastwood pretendía dirigir “The Enforcer”, este tuvo que ser reemplazado por James Fargo luego que el actor tuviera que encargarse de la dirección de la película “The Outlaw Josey Wales” (1976), una vez que el director Philip Kaufman fue despedido por sus constantes discusiones con Eastwood.
En “The Enforcer”, tal como sucedió en Italia con las Brigadas Rojas y en la antigua Alemania Occidental con la llamada Banda Baader-Meinhof, un grupo de terroristas de extrema izquierda que se hace llamar “Fuerza de Acción Revolucionaria del Pueblo”, está causando estragos en la ciudad de San Francisco. Entre sus demandas al Ayuntamiento, se encuentra el pago de millones de dólares, o de lo contrario continuarán realizando atentados en contra de ciudadanos inocentes. En el intertanto, tras frustrar un robo y una situación de secuestro de una manera poco ortodoxa, el Inspector Harry Callahan una vez más es reprimido por sus superiores por la utilización excesiva de fuerza, razón por la cual es retirado temporalmente del Departamento de Homicidios como castigo. Ante la falta de opciones y el calibre de la nueva amenaza que se cierne sobre la ciudad, el Capitán McKay (Bradford Tillman) no tiene más opción que restituir a Callahan, aunque en compañía de Kate Moore, una Inspectora novata sin ninguna experiencia en este tipo de situaciones, cuya inclusión en el caso solo busca demostrarle a los medios de comunicación que el Departamento de Policía de San Francisco está realizando cambios a favor de la inclusión de agentes femeninos entre sus fuerzas. Con el tiempo en contra, Callahan y Moore tendrán que lidiar con la estupidez de sus superiores, con Ed Mustapha (Albert Popwell), el líder de un grupo extremista de militancia afroamericana que parece tener una conexión con los terroristas, y con sus propios prejuicios, en su camino por capturar a quienes se han convertido en los criminales más buscados de la ciudad.
Tanto “Dirty Harry” como “Magnum Force” indirectamente planteaban una interrogante de alcances cuasi filosóficos, la cual estaba estrechamente relacionada con el comportamiento del protagonista: ¿Estaban esas películas glorificando el comportamiento de un policía que estaba actuando como juez, jurado y ejecutor? Con la intención de alejarse de las críticas que se habían generado a partir de esa noción, en “The Enforcer” no solo los asesinatos que comete Callahan están en su mayoría justificados en nombre de la defensa personal, sino que además el núcleo de la historia gira en torno de la relación que se establece entre el protagonista y su nueva compañera. En gran medida, Harry Callahan puede ser considerado como un verdadero símbolo del conservadurismo. Y es que no solo pone en ridículo las reformas modernistas que la ciudad de San Francisco está intentando llevar a cabo, y que tienen relación con el empoderamiento de las mujeres dentro de las fuerzas del orden, sino que además durante gran parte del film exhibe un comportamiento misógino, el cual se acentúa cuando empieza a interactuar con Kate Moore, a quien ve como el mero producto de un capricho del Alcalde la ciudad. Para su sorpresa, Moore resulta ser una mujer con opinión propia, capaz de realizar observaciones inteligentes, deseosa de aprender de la experiencia de Callahan, y que prácticamente no realiza aquello que el protagonista considera que son las típicas “estupideces femeninas”.
A raíz de esto, a medida que transcurre la historia y que la relación entre ambos goza de un mayor desarrollo, se revela que la misoginia de Callahan en parte no es más que una máscara con la que oculta su frustración por haber perdido a varios compañeros, y que existe una evidente tensión sexual entre ambos aun cuando ninguno de los dos se atreva a reconocerlo. Todo esto desemboca en el hecho de que “The Enforcer” termina siendo un film algo más liviano que sus predecesores, aun cuando todas las entradas de la saga intentan establecer un equilibrio entre la violencia y el humor negro, donde gran parte de la comedía radica en la lacónica calma expresada por Callahan ante el rostro del caos. Más allá de la variante temática que presenta la cinta, “The Enforcer” sigue prácticamente la misma rutina que las anteriores entradas de la saga, lo que inevitablemente provoca que su desarrollo resulte algo predecible. Lo que quizás es aún peor, es que el hecho de enfrentar al personaje de Eastwood contra un grupo de terroristas, no ayuda a que el film se desmarque de forma significativa del resto de las incursiones cinematográficas de Harry Callahan. Tampoco ayuda demasiado que existan segmentos de la película en los que la trama concerniente a los terroristas sea prácticamente olvidada, ni que estos se conviertan en personajes caricaturescos a los cuales resulta complicado tomar en serio.
En el ámbito de las actuaciones, aun cuando Clint Eastwood fue nombrado como “el peor actor del año” por la publicación humorística “Harvard Lampoon”, la verdad es que el actor no solo realiza un buen trabajo humanizando a un personaje que por momentos no puede evitar caer en la unidimensionalidad, sino que además proyecta con éxito las convicciones y las lealtades de Callahan sin la necesidad de utilizar demasiadas palabras. Al mismo tiempo, Eastwood exhibe una química innegable con Tyne Daly, quien interpreta de buena manera a una mujer que desea ganar un espacio en un mundo dominado por los hombres, objetivo que eventualmente logra con bastante esfuerzo y una cuota de humor. Por otro lado, en lo referente al aspecto técnico de la película, es necesario destacar la efectiva y atmosférica banda sonora del compositor Jerry Fielding, la cual mezcla piezas que presentan elementos más propios del jazz y del funk, con otras más reflexivas y emotivas, como por ejemplo aquella que es utilizada cuando Callahan presencia la agónica muerte de su viejo amigo y compañero Frank DiGiorgio (John Mitchum). También cabe destacar el trabajo de cámara de James Fargo, el cual le imprime a la cinta un ritmo enérgico y dinámico, que propicia que el espectador no le dé demasiada importancia a las deficiencias de un guión bastante esquemático.
Al momento de su estreno, “The Enforcer” resultó ser todo un éxito de taquilla, aun pese a ser criticada por su exceso de violencia. La verdad es que más allá de las posibles falencias de la producción, sin lugar a dudas el principal problema que presenta “The Enforcer” es lo poco interesantes que resultan ser los antagonistas, cuya presencia incluso interrumpe el flujo narrativo logrado por el director. Ni siquiera en la secuencia final, la cual se desarrolla en Alcatraz y que dicho sea de paso es por lejos la más violenta de todo el film, los miembros del grupo terrorista se convierten en personajes medianamente interesantes, como si sucede con el maniático asesino serial Scorpio en “Dirty Harry”, o con el grupo de policías corruptos en “Magnum Force”. Pese a eso, “The Enforcer” tiene el mérito de ser la entrada de la saga que mejor maneja el equilibrio entre la acción y el humor, en especial una vez que Callahan se muestra algo más vulnerable y es posible presenciar su incómoda interacción con Kate Moore. Curiosamente, “The Enforcer” originalmente fue concebida como la última entrada de la que iba a ser una trilogía de films sobre Harry Callahan. Sin embargo, en el año 1983, los estudios Warner realizaron una encuesta que eventualmente dio pie a la producción de una cuarta entrada titulada “Sudden Impact” (1983), la cual contaría con Eastwood como director, y que sería parte del trato que el actor hizo con el estudio a cambio de volver a interpretar al duro Inspector de policía, el cual consistía en la cesión de una mayor libertad creativa en sus futuros proyectos como director al interior de la Warner.
por Fantomas.