‘The Fighter’ – No hay nada más lindo que la familia…

Desde que el año pasado se decidió incluir diez películas en la lucha por los Oscar, parece que la tónica hacia la que nos encaminamos en futuras ediciones es nominar (merecidamente) a una película de animación y a otra que bucee en aspectos más sórdidos o más oscuros. Si “Precious”  fue la escogida en el 2010, parece que “The Fighter” (David O. Russell, 2010) es la de este año.

Y sí, es un biopic sobre una parte de la carrera pugilística del boxeador Irish Micky Ward, pero sobre todo (y ahí está la gracia) es la historia de un hombre aferrado a una atípica familia que, por un lado, a punto está de dar al traste con su futuro y que, por otro, le quiere con las tripas. Y todo ello en ese humilde y destartalado barrio de Lowell.

En “The Fighter”, que también se basa en un historia real, lo menos importante (al menos para mí) es el duro ascenso de Ward para hacerse con un lugar entre los mejores, porque ya se imagina una cuál va a ser el desenlace de la trama. Lo importante (al menos para mí, 2ª parte) son los apasionantes y viscerales personajes que rodean al púgil: Alice, su absorbente madre; Dicky, el yonqui y torpe delincuente de su hermanastro y Charlene, su combativa y protectora novia. Curiosamente Melissa Leo, Christian Bale y Amy Adams se comen con patatas al pobre Mark Wahlberg que, por mucho que lo intenta, sigue poniendo cara de Mark Wahlberg. Y, ¡ojo!, para nada es una crítica negativa, pero es que al lado de las magníficas interpretaciones de sus compañeros de reparto, poco puede hacer el bueno de Mark por mucho que se haya currado su físico y por mucho que haya batallado para conseguir que la historia de Ward se llevara a la gran pantalla.

Es por esta razón que lo más atrayente de “The Fighter” y lo que hay que valorarle al guión y al buen hacer de David O. Russell es esa historia paralela, porque es mucho más cautivador todo ese enjambre de almas en pena que rodean al campeón que (el mil y una veces visto) mundo del ring.

Basta echarle un vistazo a ese trío de oro para saber a qué me refiero. El trabajo de Christian Bale (premiado con un Globo de Oro) es simplemente espectacular dando vida a un ex campeón (con un aspecto físico que nos recuerda al de “El maquinista”) que colgó los guantes y que ahora se “cuelga” con crack mientras intenta ayudar a su hermanastro a triunfar siendo su ¿entrenador?. La gran Melissa Leo (también ganadora de un Globo de Oro) está fantástica como esa especie de matriarca histérica-mánager que convive con sus siete (casi) fellinianas y macarras hijas y que no soporta la autodestrucción de Dicky, pero mucho menos la intrusión de Charlene en su familia. Y ésa no es otra que la estupenda Amy Adams: un camarera enamorada de Micky y a años luz de aquella ingenua princesita llamada Giselle.

Los tres compiten en la misma categoría (Actor y Actriz Secundarios) y todo parece indicar que los dos primeros se llevarán el gato al agua. Me alegraré por Melissa Leo (y también por Bale, por supuesto) cuya Ray Eddy de “Frozen River” era una verdadera maravilla. Pero no adelantemos acontecimientos, que con los de Hollywood nunca se sabe…

Para Wahlberg (que también figura como productor) no ha sido nada fácil lograr llevar a buen puerto esta película, puesto que desde 2005 empezó a prepararse físicamente para el papel mientras pasaban los años en busca de una financiación que no llegaba (dicen que hasta renunció a su sueldo) y sin director tras la negativa de Martin Scorsese y la renuncia de Darren Aronofsky (también productor), sin contar con que Matt Damon y Brad Pitt rechazaron ser Dicky. Finalmente el realizador escogido fue David O. Russell con el que ya había trabajado en “Tres reyes”.

La recompensa para “The Fighter” se traduce en 7 nominaciones que, además de incluir las antes mencionadas, también ha logrado ser reconocida como candidata a Mejor Película, Mejor Director, Guión Original y Montaje. Mucho me temo que poco podrá hacer frente a lo todopoderosa “La red social”, pero su reparto cuenta con muchas papeletas para salir triunfante. Así sea.

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