Personalmente, recomiendo dos maneras de escuchar este disco:1) De un relajado (y relajante) tirón: en ese caso túmbese en una hamaca bajo la sombra de una palmera mientras saborea un cocktail bien frío acariciado por la brisa marina. Si no dispone de ese lujo a su alcance, como es mi caso, deje que sea la hedonista y ensoñadora psicodelia tecnológica de The Flaming Lips la que le transporte a ese paraíso desde el sofá de su casa… Pulse play en su reproductor y sin más preámbulos dispóngase a soñar despierto entrando en un mundo donde las emociones conviven con las máquinas del mismo modo en que las guitarras acústicas lo hacen con la electrónica.
2) Si no dispone del tiempo o la calma necesarios para darse ese lujo, pero necesita desesperadamente experimentar una muestra sustancial y suficiente de sus bondades antes de regresar a la dura realidad, adminístrese una dosis reducida de ensoñación melódica mediante el procedimiento de pinchar directamente los temazos o canciones superlativas contenidas en el lote, a mayor gloria de la música indie norteamericana. A saber: “Fight Test”, “Yoshimi Battles The Pink Robots Pt.1”, “In The Morning Of The Magicians”, “Are You a Hypnotist??”, “It's Summertime” y “Do You Realize??”. Aun dejando para mejor ocasión la escucha de los restantes y placenteros ejercicios de escapismo psicodélico, saldrá de su casa flotando un metro sobre el suelo.
“Yoshimi Battles The Pink Robots” musicalmente es brillante y ambicioso, pero por encima de eso, lo importante es que es uno de esos discos que pueden cambiarte la vida. Y aquí es donde uno debería hablar de amor, de emociones, de mortalidad, de un futro incierto y de melancolía en estado puro. Pero sólo diré que, efectivamente, en cierto modo me cambió la vida y que desde que lo descubrí hace ya sus buenos diez años, de una manera o de otra, no puedo dejar de acudir a él con relativa frecuencia… diría incluso que cada vez con mayor frecuencia… Es más, creo que voy por un cocktail…