Ante todo, me gustaría presentarme. Mi nombre es Laura y este es mi primer post en este blog y espero que no el último. Probablemente ya sabréis quién soy (me gusta deducir que todo el mundo se informa un poco antes de seguir a un bloguer) y a qué me dedico, pero sino podéis echarle un ojo al post conjunto que nos montó nuestro compi Isidro para todos los que colaboramos en El blog de las series americanas. Dicho esto, indicar que mis posts estarán principalmente indicados a hacer reviews sobre series actuales y en ocasiones alguna que otra oldie. Dicho esto, espero que este humilde contenido sea de vuestro agrado y nos vamos leyendo. Kevin Bacon tiene un problema. Y FOX otro. Cuando leí que semejante tándem (a la par que tróspido) iban a estar presentes en una misma producción, un escalofrío mal encajado me recorrió la espina dorsal; dios mío, ¿será verdad?. Lo que hasta la fecha no sabía era que, para contrarrestar semejante impresión visual inicial, la cadena naranja se había marcado un tanto con James Purefoy, el británico que presumía de imponente bajovientre en Rome, vuelve a hacer las delicias de sus fans en The Following. Y probablemente, su único reclamo. Ambientada en una convulsa época contemporánea, plagada de secuestros, conspiraciones, sectas y mala gente en general, el nuevo drama de Kevin Williamson se centra en Ryan Hardy (Kevin Bacon), un agente del FBI con visibles taras mentales e incontinencia corporal que se ve enrolado en plena persecución de Joe Carroll, el inquietante líder de una secta de fieles que actúan bajo los complejos relatos del escritor inglés Edgar Allan Poe.

