Supongo que ha sido una buena elección para el último día de puente. Una película que, a pesar de tener toques bastante tradicionales, entretiene de la manera más bella y humana.
Porque si por algo destaca The Good Heart es por su fotografía y sus actores. Paul Dano, ese adolescente de Little Miss Sunshine obsesionado con ser piloto, se mantiene en su perfecta línea de chaval un poco paradito y anonadado con el mundo y Brian Cox está muy bien en su papel de amargado, aunque a veces puede llegar a resultar bastante exagerado e histriónico.
En fin, una bonita película que viene a contarnos las cosas buenas de la vida y que entretiene de una manera dulce, aunque puede que la historia llegue a ser demasiado previsible (Hay veces que importa y otras que no. En este caso sí porque nos deja sin grandes sorpresas).