Esta entrada hace parte del The Good Wife Bloggers Day que hemos acordado un grupo de seriéfilos que amamos la serie y deseamos que cada día más personas se contagien de nuestro entusiasmo y admiración por ella.
Juzgar por las apariencias es algo que todos hemos hecho. Por eso nunca olvido una vieja lección de universidad: a mayor número de datos, mayor objetividad. Eso en mi cabeza siempre ha querido decir que para saber cómo es una cosa, primero hay que conocerla, llenarse de datos. Luego hasta podrías llegar a quererla.
Cuando me aproximé al piloto de The Good Wife en septiembre de 2009, ya había leído por ahí que era un simple procedimental de abogados. Y encima, de la CBS. Entendiendo que, para la muchachada seriéfila, las palabras "procedimental" y "abogados" eran una mancha, un signo de que había que correr en dirección contraria. Pues bueno, a mí las dos palabras no sólo me gustaban mucho sino que resistirse a ver a Julianna Margulies en una serie (después de extrañarla por varios años desde que salió de E.R.) era una tarea muy difícil de realizar. Así fue que me dispuse a conocer a esta buena esposa antes de criticarla. Y así fue como llegué a quererla también.
El piloto inicia con una magistral secuencia que pone en contexto el universo del que parte el conflicto de los personajes principales. Peter Florrick, hasta entonces procurador del condado, anuncia ante los medios de comunicación su renuncia del cargo para hacer frente a las acusaciones por corrupción y al escándalo sexual de haberse acostado con prostitutas; y para expiar sus fallas personales con su esposa, Alicia, y sus dos hijos. A su lado, por supuesto, está ella, la buena esposa que le da la mano para entrar al salón hasta el mismo momento en que él empieza a hablar.
La cámara entra con ellos hasta que chocan de frente con un mar de flashes de fotógrafos y micrófonos de periodistas, cada sonido es potenciado al máximo para hacernos sentir en la atmósfera de ese momento de vergüenza para ambos. En ocasiones, los planos pasan a mostrarnos cómo se está viendo la rueda de prensa por televisión, detalle que hace que no olvidemos ni un momento que esto se trata de un asunto público. La cámara enfoca a Peter pero luego se queda únicamente con Alicia, los periodistas se han fijado en ella, en su cara pálida y perturbada; ella los mira también pero sobre todo mira a Peter, aguantando mostrar lo que siente y piensa, aguantando tal vez las lágrimas, imaginando a su marido en la cama con la otra, viendo cómo dos gruesas gotas de sudor resbalan por su sien. Los flashes continúan, la luz aturde, ella mira su mano, la pelusa en el traje… tienen que verlo porque es sencillamente precioso. Es más, si quieren ir a ver esta secuencia y dejar el resto del post para después, ¡háganlo! Porque no quiero contarles lo que sucede inmediatamente a continuación y que considero la primera cosa que conocemos de Alicia y que marcará el nuevo camino que empieza para ella.
Porque si la serie fue juzgada desde antes de conocerla bien, lo mismo pasa con el personaje de Julianna Margulies: no hemos visto sino la punta del iceberg y todo lo que tiene para ofrecernos yace escondido detrás de la cara y fama de una buena esposa.
El banquete está servido después de esta secuencia rodada y montada limpiamente, la calidad técnica de la serie es un punto a su favor desde el piloto y no hace sino reflejar la elegancia y el buen gusto con el que es hecho todo en ella. Desde el guión y la construcción de los personajes, hasta la sutileza de una buena metáfora audiovisual, un plano bien elegido, y una increíble combinación de humor, romance, drama e intrigas políticas que entretendrán a gente de todas las edades. Así que si se deciden, pueden ir invitando a otros miembros de su familia a seguirla.
El piloto es eficaz en presentarnos a los personajes y la situación en la que se encuentran, incluidos los secundarios que acompañarán a Alicia en la firma en la que entra a trabajar como abogada seis meses después, apoyada por uno de los socios mayoritarios, Will, su amigo de la universidad. Y aunque ella será una especie de favorita de éste, no tarda en encontrar un discreto apoyo de parte de Diane, la otra socia mayoritaria, quien le lanza un certero: “los hombres pueden flojear, las mujeres no”. Y con esto se inaugura uno de los puntos fuertes de la serie: la lúcida mirada sobre el universo y la complicidad femenina y la historia de una mujer que debe cambiar la percepción que se tiene sobre ella, que no es otra que la percepción que se tiene de todas. De todas las que no conoces bien. Porque una vez te pones en los zapatos de Alicia, todo fluye suavemente, sus formas de actuar y callar empiezan a tener sentido.
El primer caso que le es asignado (pro-bono) es el de una mujer acusada de matar a su marido y durante todo el episodio vemos cómo desarrollan, investigan y defienden el caso en la Corte, la misma que no pisa Alicia desde hace 13 años. Todo esto mientras observamos y casi padecemos las constantes alusiones a la figura de su marido y lo que ella representa al seguir casada con él. Lo vemos por todas partes: en la televisión, en Internet, en el abogado al que se enfrenta y que le pregunta por Peter, en el juez recordándole que no es amigo de su esposo. Alicia ha heredado a los enemigos de su pareja, incluyendo a su remplazo: el nuevo procurador, Glen Childs. Pero como bien le dice en su propia cara: si se preocupa por Peter, es porque obviamente nunca ha hecho enojar a una mujer antes, como por supuesto ella lo está después de que él expusiera a sus hijos a ver el video sexual de su marido por televisión.
Queda claro en este primer episodio que trama serializada y casos autoconclusivos se mezclarán continuamente, pero atención: Alicia habla con la acusada y la instruye: "Ponte maquillaje y vístete bien, aunque no tengas ganas. Oblígate a ti misma. No para la Corte, para ti. Son las cosas superficiales las que importan en este momento". Y Alicia, con esa frase, nos habla de sí misma. Es lo que tienen las series procedimentales cuando están bien escritas: todo está en función de algo y "el caso de la semana" siempre está arrojando pistas y dejándonos saber más sobre los personajes y sus relaciones.
Así como sus asuntos personales y familiares se entrelazan con la trama autoconclusiva, así mismo a veces sus relaciones privadas (como la de ella y su marido) ayudan a resolver el caso de alguna manera. Pero las dos cosas viven en un constante contrapunteo a lo largo de todo el piloto (como será a lo largo de todos y cada uno de los episodios), mostrando lo público y lo privado en el orden en que se sucede cada cosa.
Y para ese momento ya se ha ganado la simpatía de Kalinda, quien en adelante será la mayor colaboradora de Alicia en su trabajo y en esta nueva vida que inicia. ¿En qué consiste el perdón? ¿Hasta dónde puede llegar la vergüenza? ¿Puede alguien superar los prejuicios de los demás y reconstruir la imagen que se tiene hasta de sí mismo? Como he dicho antes, esta serie no va sobre la vida después de la muerte, pero sí sobre la vida después de la humillación y para mí eso es tan desafiante como los viajes entre universos paralelos.
Con el marido en la cárcel, a punto de apelar y salir libre bajo fianza, nos quedamos con una Alicia que ya ha salido al mundo y que no está segura de querer que todo vuelva a ser como antes. ¿Qué pasará ahora? Sólo les falta a ustedes averiguarlo.
Los invito a leer todas las entradas del The Good Wife Bloggers Day:
Serieína: Portada
Como un fénix: Julianna Margulies y Alicia Florrick
Con series y a lo loco: Personajes secundarios
I told you so: Los 10 mejores momentos de la serie
(A)ficciones: Sistema legal, política y ética: el otro triángulo
Series a la parrilla: Los personajes recurrentes
Desesperate Cats: La actualidad en la serie
PD: Revisionar el piloto hizo que me enamorara AÚN MÁS de la señorita Kalinda Sharma (Archie Panjabi, quien ayer estuvo de cumpleaños).
¿Y tú qué piensas? Déjame un comentario en el blog.