Revista Conciertos

The Hi Risers. LA YEMA DEL HUEVO.

Publicado el 01 febrero 2010 por Alejandro Caja

Aprovechando la inminente gira española de los grandísimos The Hi Risers (10 de febrero en Madrid, 13 en Barcelona, asistencia obligada, su directo es maravilloso), posteo aquí la reseña de su excelente y último elepé.

“Once we get started”. The Hi Risers. LA YEMA DEL HUEVO

The Hi-Risers son tres gañanes de Rochester (NY) que practican el Rock & Roll con la actitud honesta y la dedicación apasionada del auténtico amateur de la música de género. En consecuencia, sus discos están tan faltos de pretensiones como sobrados del detalle que deja patente la maestría en el oficio. De mimetismo revivalista, por tanto, nada: al servirse de los tópicos del rock & roll y el do-woop, del garage y el rythm & blues, del country, del beat-pop y del surf, los HR dan forma, con singular finura, a algo modesta y honestamente propio, en su caso canciones redondas con las que consiguen reinventar la música que aman llenándola de sentido: let’s have a party!

Su último disco, ONCE WE GET STARTED, es el sexto que publican desde que el grupo se formó en 1998: treinta y cinco minutos de pura diversión con el mejor song-oriented rock & roll como excusa, festín que la propia banda se encarga, sabiamente, de producir: el sonido es básico, inmediato y fresco, sin trampa digital ni cartón tecnológico que valgan, como corresponde a un artefacto que intenta captar con la mayor fidelidad posible la esencia de una música que en su origen fue distintivamente creada por –y para– criaturas sudoríparas. Hecho este pequeño inciso, que ayuda a delimitar el terreno que nos disponemos a pisar, sólo queda meter ONCE WE GET STARTED en el reproductor y disfrutar con hambre canina y a dos carrillos del variado menú que los neoyorquinos nos sirven en bandeja: lo mismo le dan al powerbeat pretecnológico con envidiable y juvenil frescura –“Where the lonely go”– que se desparraman pisando el acelerador por la misma carretera que recorrió Chuck Berry –“Two week notice”–. Tan pronto se marcan un impecable temazo de sixties garage con regusto Kink –“ATM inside”–, como trotan a lomos de un rockabilly melódico para advertirnos del peligro fatal que encierran las asimismo fatales hembras – “She’ll be my ruin”, grandiosa canción–. Pueden acercarse al oscuro legado de Johnny Cash para solearlo –la maravillosa “18 wheels of love”,–, o disfrazarse de teen band lechuguina para bordar con prodigiosa soltura una canción pop de las de antes, de las de ahora y de las de siempre –“Once we get started”–. Y todo ejecutado con un desparpajo prodigioso, con esa facilidad aparente con que hacen las cosas quienes, además de haber educado el gusto, han hecho del entretenimiento un serio oficio. Esta suficiencia casi instintiva con la que pasan de un palo al otro es, sin duda, una de sus señas de identidad: valga como muestra la juerga que se monta, a lo largo y ancho de ONCE WE GET STARTED, el amigo Greg Townson: un guitarrista enorme que, adoptando infinidad de registros, llenando de matices cada una de sus intervenciones, da, en catorce breves lecciones, una clase magistral, teórica y práctica, de lo que se dice ponerse como un gorrino.

The Hi Risers pertenecen a esa categoría de artesanos del Rock & Roll enamorados de las canciones y los sonidos más clásicos que han optado por un camino tradicional para intentar devolverle a la criatura la ingenuidad perdida. Y aplicando a su trabajo tanto entusiasmo como ironía –pues esa ingenuidad ya sólo se puede recobrar–, lo consiguen, vaya si lo consiguen, como también lo han conseguido, a su modo, Nick Lowe y Dave Edmunds, los Rockpile y los Brinsley Schwarz, los Skeletons, NRBQ, el gran Ben Vaughn…

Reconozcámoslo: el pop-rock actual es, salvadas las excepciones, un inmenso bodrio, cuando no una tomadura de pelo. El panorama es verdaderamente desolador, y uno tiene la sensación de que, a golpe de radiofórmula, el aficionado medio-virtual ha terminado por ensordecer, sólo así se entiende que trague con la cáscara que le dan por el huevo. Pues bien: si de lo que hablamos es de Rock & Roll, The Hi Risers son, que quede claro, la puñetera –que se decía antes– yema.


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