Por todo ello al oír que mi admirado pero irregular Steven Soderbergh (tras declarar que abandonaba la dirección), se disponía a realizar en su totalidad una serie acerca de un hospital neoyorkino a principios de siglo, me sentí inmediatamente atraído, pero temeroso de llevarme una nueva decepción. El prolífico director, cuenta con algún patinazo que otro, pero también ha realizado maravillas de la talla de “Traffic”, y últimamente se había adentrado bastante en los temas médicos con sus interesantes películas “Contagio” y “Efectos secundarios”. A pesar de su irregular trayectoria, se ha caracterizado siempre por un estilo característico, gran cuidado de la fotografía y presencia de grandes actores en todos sus trabajos (por menores que sean sus papeles), que se nota que trabajando con él disfrutan y se implican al máximo.
“The Knick” se centra con precisión quirúrgica en el trabajo de un pionero Hospital de Nueva York en el año 1900, donde sus visionarios trabajadores diseñan la medicina moderna a base de ensayo y error. El personaje principal es el del Cirujano Jefe Doctor John Thackery, pragmático, apasionado, atormentado, que consigue frustrar sus demonios a base de cocaína intravenosa y sesiones intensas en el fumadero de opio al que acude religiosamente tras salir del trabajo. La trama se basa en el trabajo hospitalario, pero poco a poco vamos conociendo cosas de los diferentes personajes, los cirujanos, la administradora del Hospital y su familia, el ambulanciero, el tesorero… que van enriqueciendo el conjunto. El ritmo es constante, no decae en ningún momento, ni entra en sentimentalismos baratos, con escenas de intervenciones quirúrgicas perfectamente descritas que te hacen contener la respiración. Observamos apasionantes descubrimientos, fracasos, epidemias, lo mejor y lo peor que pueden llegar a realizar los seres humanos, entendiendo perfectamente cómo de dura era la vida en esos años de transición previos a la primera guerra mundial.Ni que decir tiene que la realización es impecable. Soderbergh dirige todos los capítulos con maestría, impecable fotografía y maravillosa recreación del Nueva York de principios de siglo. La música electrónica del gran Cliff Martinez, (que ya me había llamado la atención realizando la maravillosa banda sonora de la genial “Drive”) puede chirriar un poco en un primer momento, pero progresivamente dota a la serie de un ritmo muy adecuado y atractivo. La serie antes de emitirse fue renovada por una segunda temporada, lo cual demuestra la apuesta por la calidad (sin importar la audiencia), que prima en otras productoras y países. The Knick está realizada por Cinemax, propiedad de HBO, que ya nos había sorprendido en los últimos años con “Banshee”.
El reparto está a la altura, destacando por encima de todos a Clive Owen como el Dr. Thackery, logrando la que probablemente sea hasta la fecha su mejor creación y que con seguridad le otorgará premios en el futuro más reciente. Owen se transmuta en Thackery, y su poderosa voz transmite todo lo que le ocurre a este fantástico personaje, que anda por el filo de una navaja en todo momento, temiendo todos que se pueda derrumbar de manera irreversible.
En el resto del reparto destacan también Andre Holland como el inteligente y tenaz Dr. Algernon Edwards, que lucha contra la segregación racial a la que se ve sometido, Eve Hewson (hija del músico Bono de U2) como la enfermera Lucy Elkins, Michael Angarano como el Dr. Bertram "Bertie" Chickering, gran persona y admirador de Thack, y me encantan las breves pero intensas apariciones y flashbacks de Matt Frewer como el Dr. J. M. Christiansen, mentor de Thackery.
En definitiva,
The Knick es un entretenimiento de primer orden, que aborda los albores de la medicina moderna como si de un documental se tratase, apasionando tanto a los interesados en ella, como a los que prefieran pasar un buen rato.