El 4 de agosto de 1955, Carmen Miranda, the lady with the tutti frutti hat, (re)aparecía en The Jimmy Durante Show para recordar a todos que aquella bomba brasileña, de ciento cincuenta y dos centímetros de estatura, todavía podía hacer las delicias del público norteamericano. Al fin y al cabo, todavía (o solo) tenía 46 años. Con su gracia y desparpajo habituales, cantó, bailó y acompañó a Durante en algún número cómico. Sin embargo, tras acabar una de las perform
ances, Miranda, asida al brazo de su acompañante, parece perder la fuerzas. Son dos segundos de fragilidad en los que no llega a desvanecerse pero en los que se aprecia claramente el modo en el que sus rodillas alcanzan el suelo. The show must go on...Miranda y Durango salen airosos del incidente ( Aquí lo tenéis. Minuto 3:23).
Maria do Carmo Miranda no era brasileña, al menos de nacimiento, sino portuguesa. Había nacido el 9 de febrero de 1909 muy cerca de Porto (Portugal). Con tan solo un año de edad, emigra junto a su familia a la bulliciosa Río de Janeiro, por entonces capital de Brasil. Para costear el tratamiento médico de su hermana Olinda, aquejada de tuberculosis, se ve obligada a dejar los estudios y a trabajar primero en una tienda de corbatas y luego en una boutique de sombreros. Aquí aprende el oficio. Poco después ya está dirigiendo su negocio. A Carmen le encanta cantar así que dedica todo su tiempo libre a ello, hasta que el locutor de una radio local la descubre y la presenta en las ondas a finales de 1929. En enero de 1930 publica sus dos primeros discos. Un mes después es la protagonista del carnaval.
Durante los 30, Carmen Miranda fue la reina musical indiscutible de Brasil. Hizo suyas las sambas que se cantaban en las favelas y fue mimada por el gobierno de Getúlio Vargas, patrocinador de numerosas leyes en defensa de la cultura autóctona. Una noche, mientras actuaba en uno de los numerosos casinos en donde los norteamericanos dejaban sus dólares, es descubierta por el empresario de Broadway Lee Shubert. Aquí comenzaba la historia...
Carmen Miranda llegó a EE.UU a bordo de un trasatlántico en 1939. Presentada a la prensa, sólo acertó a chapurrear en inglés: " I say money, money, money. I say hot dog. I say yes, I say no. I say men, men, men". Sin quererlo, acababa de sentenciar su carrera para el resto de sus días. Hollywood - más concretamente la Fox - la encasilló en el típico y tópico papel de mujer latinoamericana. Con todo, causó furor. El New York Journal American dijo de ella que era "el mejor evento en nuestra relación con América del Sur desde el canal de Panamá". Durante su primer año en Broadway, recibía 9000$ al mes. A mediados de los 40, ya se había convertido en la mujer que más dinero ganaba en todo EE.UU. Sin embargo, tras este ritmo frenético, se escondía una fuerte adicción a la benzedrina para soportar las jornadas interminables y al seconal y al nembutal para conciliar el sueño.
Miranda fue muy bien acogida por la aristocracia hollywoodiense. Junto a Clark Gable y John Wayne, tuvo negocios petroleros en Texas.
Harta de estar sometida a las imposiciones de la Fox, en 1946 compra por 75.000$ su contrato y se independiza. En 1947 estrena Copacabana (Alfred E. Green), junto a Groucho Marx, convirtiéndose en un auténtico fracaso. Miranda no sólo patinaba en EE.UU sino también en Brasil, en donde comenzaron a acusarla de americanizar la samba y haberse olvidado del portugués. (La genial contestación de la actriz fue la canción Disseram que eu voltei americanizada). Un aborto, varias operaciones de estética en la nariz, un matrimonio con rumores de maltrato, el alcohol y las demás adicciones, así como infinidad de imitadores baratos, empujaron a la mujer espectáculo hacia el precipicio. A comienzos de los 50, Miranda regresa a Brasil prácticamente acabada. Sufre varias crisis nerviosas y es tratada con electroshocks que la dejan ida durante meses. En 1953, logra recuperar las fuerzas para volver a Hollywood y trabajar junto a Jerry Lewis y Dean Martin en Scaredd Stiff (George Marshall).Nótese que en el "kit miranda" también se incluían uñas postizas para alargar unas manos pequeñas.
A la mañana siguiente de su última aparición televisiva en The Jimmy Durante Show, su empleada doméstica la halló muerta, "aferrada a un espejo de mano", en su mansión de Beverly Hills. Quizás, en el último momento, trató de reconocerse o de reconciliarse con ella misma. No lo sé. Sólo sé muchas de sus fotografías son un auténtico chute de optimismo y felicidad. Así que...FELIZ 2014, confes@s!!