Cómo un bocata se convierte en gourmet
¿Quién dijo que el perrito caliente no podía ser un plato de carta? La popular comida americana se recicla para convertirse en un producto estrella que logra sorprender, incluso, a los paladares más exquisitos. Esto es lo que viene a confirmar una de las últimas ofertas culinarias de la capital: The Lobstar, un restaurante especializado en casual seafood yankee donde el gran protagonista es el bocata de bogavante.
Elaborado con pan brioche, relleno de marisco cocido y salsa mayonesa, el lobster roll, como se le conoce popularmente, surgió a principios del siglo XX en Nueva Inglaterra (Estados Unidos), donde con el trascurso de los años se ha posicionado como uno de los best sellers de la gastronomía de este estado.
Y, precisamente, la pasión por esta zona y por su ‘hot dog marino’ fue lo que impulsó a los propietarios de The Lobstar, de origen venezolano, a importar a Madrid la receta original del bocadillo más famoso de la costa noreste del país. Tan auténtico que el propio bogavante que se sirve en este local procede directamente del otro lado del Atlántico, concretamente de Canadá.
Ya en Madrid, en una cocina a la vista del comensal, a este marisco le añaden una mayonesa especiada, que le aporta un sabor sorprendente con cierto toque de frescura, y lo colocan en el interior de un pan brioche, de elaboración propia, que previamente se ha pasado por la plancha untado en mantequilla. Un bocado marino de tradición puramente yanqui en el que no esperes encontrar ese potente sabor a mar que posee este producto, tan venerado en nuestra cocina mediterránea.
La propuesta de The Lobstar también incluye otros bocadillos y, además, en diferentes versiones. Uno más en formato hot dog es el Shrimp Roll, un pan brioche relleno de langostinos frescos en tempura con una salsa cóctel ligeramente picante; otro en forma de sándwich, el Crab Roll, está elaborado con carne de cangrejo de concha blanda; y otro, el Swordfish Sandwich, en la característica hamburguesa americana que, en este caso, es de carne de pez espada con especias cajún y salsa tártara. Todas las elaboraciones se acompañan con unas originales patatas fritas caseras con forma de raqueta, pepinillos dulces y salsa de tomate o bastones de boniato frito.
En línea con los lobster bar americanos, este restaurante ofrece una carta más amplia protagonizada por mariscos y pescados que -casi en su totalidad- se puede disfrutar con las manos. Entre las propuestas podemos encontrar las Almejas Casino, gratinadas con bacon y panko e ideadas para comer de un bocado; el Clam Chowder o sopa de almejas; o los sabrosos Buffalo Shrimp Tacos, rellenos de gambas con salsa ranch con un ligero toque picante. Otra opción es el Lobstar Mac & Cheese, una particular y contundente versión del popular plato de macarrones con queso al que añaden carne de bogavante y que bien puede pedirse como plato único porque es una auténtica bomba.
Para finalizar, completan su oferta varios postres de inspiración americana. Destaca el Butterscotch con Honey Comb, un batido de helado de vainilla con trozos de caramelo crujiente o el Donut de sidra, una versión del dulce estadounidense frito con un toque de sidra y canela, que en The Lobstar se acompaña con una base de helado de vainilla y coulis de frutos rojos, que evoca a esa última rosquilla del bote de nuestra abuela.
Una apuesta marina de principio a fin que también se hace notar en el interiorismo del establecimiento inspirado en la decoración industrial típica de los restaurantes de los puertos de Maine. Paredes con texturas de zinc, ladrillos envejecidos, vigas y columnas de hierro decoradas con elementos alusivos al mar como los faros pesqueros.
Una propuesta diferente, desenfadada y curiosa para probar el original lobster roll. Un ‘hot dog marino’ que, aunque es cierto que nada es imposible, es difícil que desbanque al clásico y castizo bocadillo de calamares de Madrid, convertido ya en un icono de la gastronomía de la capital.
¿Dónde ?: Calle Carranza, 4
Horario: de L-D de 13:30 a 16:30 y de 20:00 a 00:00 horas
Precio: Entre 20 y 25 euros. Destacable que el Lobster Roll cuesta 19 euros.
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