"The Long Ryders have always been equal parts Steinbeck, Strummer, McGuinn and Haggard". No entiendo mucho de música, pero creo que esta frase del batería Greg Sowders define perfectamente la música de The Long Ryders. En realidad creo que define toda su esencia. Al escucharlos reconozco el amor por la música americana de raíces al mismo tiempo que la fuerza, la inmediatez y el espíritu rebelde y descarado del punk llegado del otro lado del atlántico. La frase de Sowders es concisa y completa, y en una sola línea dice lo que a mí probablemente me habría llevado un párrafo largo aunque insuficiente, en el que probablemente habría tirado de Dylan, de Parsons, de Clark, incluso de Tom Petty y en el que difícilmente se me hubiera ocurrido mencionar a Strummer y con toda seguridad hubiera faltado Steinbeck y toda la Generación Perdida. Pero leo esa frase y suena en mis oídos la música de The Long Ryders. Leo esa frase y los escucho a ellos... y los imagino rodando en su caravana por esas largas y desiertas carreteras de Norteamérica.
Admiro el espíritu de estos tipos, admiro su pasión y su entrega a la causa del rock’n’roll. Admiro esos cinco escasos pero intensos años de carrera, entre el estudio de grabación y la carretera. Cinco años, desde el 83 hasta el 87, en los que nos dejaron tres elepés y un buen puñado de grandes canciones.
Mi descubrimiento fue tardío. En su momento sólo me enteré de “Looking For Lewis & Clark”. Con decir que descubrí antes a The Jayhawks o a Lucinda ya os podéis hacer una idea de mi atraso. Pero ahora veo en esos nombres las huellas inconfundibles de The Long Ryders.
Varias veces he comentado que no soy muy aficionado a los recopilatorios. Pero “The Best Of The Long Ryders” (2004) es sin duda una excepción. Basta echarle una rápida ojeada para reconocer el cariño y el cuidado con el que lo han hecho. El desplegable interior con el “árbol genealógico” de la banda, lleno de acotaciones y notas al margen con citas y explicaciones de Sid Griffin y compañía, no tiene precio. Además abundan las fotografías. Las extensas líneas escritas por Tom Stevens y Greg Sowders apropósito del disco transmiten perfectamente el espíritu de la banda y te permiten entender porqué les tienes tanto cariño a estos cuatro obreros del rock’n’roll. Y las canciones. Ninguna recopilación es completa, pero los dieciocho temas que componen esta te dejan satisfecho y reconoces en ellas la esencia de The Long Ryders. Aunque si te gustan de verdad probablemente no te conformarás y querrás acudir a “Native Sons”, “State Of Our Union” o “Two-Fisted Tales” para descubrir algunas joyas ocultas. Y lo harás.
Si hay algunas bandas que merecen el calificativo de “entrañables” con toda seguridad The Long Ryders es una de ellas ¿Qué se puede decir si no de unos tipos que como frase de despedida de su disco dejan el siguiente mensaje: “The Long Ryders wish success and happiness to all bands”?
GOD BLESS THE LONG RYDERS.