Revista Cine

The Lords of Salem (2012)

Por Rawpower
Rob Zombie levanta polémica con su última obra
ZOMBIE SE ALZA CON IRA
Bueno, llego el momento de comentar la que fue la película más polémica del pasado Festival de Sitges.  Dicha polémica no fue debida a los excesos gores de la obra, si no a la arriesgada propuesta que plantea Rob Zombie en su nuevo largometraje.  “The lords of Salem” (Rob Zombie, 2012) no fue la película que las legiones del famoso cantante, guionista de comics y director de cine esperaban. Manteniéndose fiel a sus principios abandona el estilo de sus anteriores obras pero no los temas. Si bien en la película la forma  semidocumental  que adoptó en la aclamada “Los renegados del diablo” (2005) y su fallido díptico sobre Michael Meyers, (“Halloween”, 2007 y “Halloween 2”, 2009), desaparece, los temas siguen presentes. El origen del mal se encuentra en las raíces de una América profunda que se niega a evolucionar y detrás de todo, el gran cabrón Satanás manejando los hilos de sus mensajeros en la tierra dispuestos a llevar a cabo su obra. 
The lords of Salem: Un coctel explosivo de imagenes, música y locura Siendo un detractor de “Halloween 2” me es imposible negar que esa es la película de donde nacen estos señores de Salem. El aire onírico y experimental que rodeaba a la segunda aventura de Myers bajo la batuta de Zombie, se multiplica en esta película hasta cotas inimaginables. La diferencia es que en la presente, el director no se encuentra atado por las cadenas de los detestables hermanos Weinstein y cabalga con libertad hacia el apocalipsis, rodando su película más personal y madura, también la mejor, hasta la fecha.  Sería fácil decir que su película adapta el apocalipsis de San Juan, pero el director no se queda en la superficie y narra una suerte de Anti Génesis. A lo largo de una semana se nos explicarán los siete días y los procesos que rodean el advenimiento del Anticristo en la tierra.  Tenemos la llegada de la oscuridad, la creación de animales (ratas, cabritos), el nacimiento de Satán a través de una mujer (al contrario del de Eva que es a partir de un hombre), tentaciones (las drogas) y mas símbolos que la memoria no me permite relacionar. Hasta aquí, y por lo leído, cualquier fan de Zombie y del cine satánico se preguntará donde está el origen de tanta polémica. Pues bien, Zombie narra la película basándose en tres principios, uno, lo hace a través de sus personajes, no de las acciones o escenas de terror, dos, usa símbolos y música para contar su historia y tres, el ritmo tanto del montaje como de la narrativa de cámara es deliberadamente pausado.  Respecto a los personajes, Zombie crea los mejores y más humanos de toda su carrera (de nuevo en una operación similar a la que usó en “Halloween 2” con erráticos resultados). Por un lado tenemos a dos DJ la mar de simpáticos encarnados por Ken Foree y Jeff Daniel Phillips, por otro el  escritor interpretado de manera  prodigiosa por Bruce Davison (en la mejor interpretación de su carrera) y por último el centro de todo, la disc jockey ex yonqui que construye genialmente una inmensa Sheri Moon Zombie, todo un regalo por parte de su marido en uno de los mejores roles femeninos que ha dado el cine en los últimos años. Para lograr la empatía con estos personajes Zombie recurre a diversas opciones. Para el personaje de Phillips creará una de las historias de amor más tristes y bellas jamás narradas en una película de terror; para el personaje de Davison, nos lo mostrará en su día a día y para el personaje de Moon Zombie, eje sobre el cual rota la película, nos los situará tanto con los recursos citados anteriormente como con una historia de redención fracasada. La grandeza de estas personas está ahí, son personas normales construidas con sabiduría de escritor, con las debilidades y grandezas de la gente corriente, lo que permite que el espectador entre de lleno en la historia identificándose y sufriendo con ellos. Por otro lado tenemos el uso de los símbolos y la narrativa de la película. El ritmo forzadamente pausado puede sacar de la película a más de uno y el uso de los símbolos alcanza en sus épicos 15 minutos finales unas cotas que hacía tiempo no se veían en el cine. A parte de los antes mencionados, tenemos también fuertes imágenes del anti Papa, una cesárea marca de la casa, el anti Adán encarnado por un enano y mas imágenes dignas del mejor viaje inducido por las drogas, en este caso el cine como droga final. Así mismo el montaje es una lección de riesgo, no solo Zombie usa planos largos y estáticos sino que además demuestra una gran honestidad al haber dejado en la sala de montaje un ingente material y la mayor parte de los cameos que lo hubiesen facilitado las simpatías del público. En resumen, está a favor de la película no de los intereses comerciales o críticos. Mención aparte merecen los créditos iniciales y finales. De nuevo Zombie, como en el pasado, usa planos congelados, pero si antes los había introducido con un sentido del gusto exquisito y con un fondo referencial, aquí el plano congelado del cabrito plasma de manera genial la congelación de la maldición en el tiempo, mientras que el final al ritmo de la Velvet se convierte en un réquiem por un mundo que ya ha sucumbido al anticristo. 
Los aquelarres también están presentes de The Lords of Salem Como es de esperar la selección musical realizada por Zombie es de altura, junto al magnífico diseño de sonido y la espeluznante música original compuesta por John 5, podemos oír a Manfred Mann versionando a Springsteen, la Velvet (“Venus in furs” y “All tomorrow’s parties”), Mozart y Bach. No deja de ser curioso que de nuevo Zombie use música que ya utilizó Pasolini en la maravillosa “El evangelio según San Mateo”, en “Los renegados del diablo” el tema de Blind Willie Johnson que el italiano usaba para ilustrar a un poseído, en esta, Bach ilustrando el americano advenimiento de Satán. En este uso de la música podemos intuir claramente el cambio que Zombie ha experimentado en su vida, siendo ahora una persona más madura, con otras inquietudes y dudas conceptuales. Si antes había compuesto gloriosos himnos punks (“La casa de los 1000 cadáveres”) o épicas canciones sureñas (“Los renegados del diablo”) ahora se adentra en las más complejas composiciones y letras de Lou Reed. ¿Problemas? Si, uno y muy grande. Zombie lo tiene muy difícil para superarse a sí mismo. Alex Turol

Ficha Técnica


Año: 2012 / Director: Rob Zombie / Productor: Jason Blum, Andy Gould, Oren Peli, Steven Schneider, Rob Zombie / Guión: Rob Zombie / Fotografía: Brandon Trost / Diseño de Producción: Jennifer Spence / Maquillaje: Michelle Chung, Michelle Denering, Richard Evans, Traci E. Smithe, Justin Stafford, Wayne Toth, Megan Victoria Brown / FX: Wayne Toth, Ron Trost / Efectos Visuales: Ben Brunkhardt, Des Carey, Stewart McAlpine, Craig A. Mumma, Jean Daniel Zacharias / País: USA, UK, Canadá / Duración: 101m. / Formato: 35mm  / Proporción: 2.35: 1 / Color / Presupuesto: $ 1.500.000

Ficha Artística

Sheri Moon Zombie, Bruce Davison, Jeff Daniel Phillips, Ken Foree, Dee Wallace, Meg Foster, Maria Conchita Alonso, Barbara Crampton, Andrew Pine, Michael Shamus Wiles, Torsten Voges, Suzanne Voss, Ernest Thomas, Patricia Quinn, Judy Geeson, Christine Ames, Sid Haig, Michael Berryman, Brandon Cruz, Bonita Friedericy, Diana Hart, Udo Kier, Brynn Horrocks, Clint Howard, Camille Keaton, Christopher Knight, Flo Lawrence, Richard Lynch, Lisa Marie, Silvia Moore, Maria Olsen, Niko Posey, Dustin Quick, Daniel Roebuck, Judy Thompson, Jobeth Wagner 

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