¡Atentos, fans de Elliott Smith! Que esto que sigue es una de esas canciones-hechizo que tan bien se le daban al de Omaha, así de arrebatado me ha dejado “The Magician” de Andy Shauf, así de entusiasmado me tiene un disco que, a decir verdad, resulta de lo menos apropiado para estas fechas. Con su hipnotizante voz y sus arreglos de la vieja escuela, Shauf firma el más dificil todavía del verano y consigue teñir de sepia estos días en los que uno debería estar entregado a intrascendentes himnos veraniegos y la efectiva simplicidad del pop multicolor. Pero no, “The Party” es, pese a su título, un disco alejado de la alegría estival, y más bien parece acomodarse en ese otoño que-lamento ser aguafiestas- se agazapa a la vuelta del calendario, dispuesto a asestarnos un zarpazo traidor cuando menos lo esperemos.
El canadiense publicó su tercer disco (tiene dos trabajos anteriores, autoeditados, y un puñado de EP’s) en mayo de este año, y la verdad es que la apuesta de sello Anti por el artista de (bendito seas, CTRL+C, CTRL+V) Saskatchewan no les podía haber salido mejor. El tío gasta hechuras de clásico, y dispensa con generosidad canciones de esas (ni-tristes-ni-felices-sino-todo-lo-contrario) que son una absoluta debilidad para el que esto escribe. Sin apenas levantar la voz más que dos palmos por encima del susurro, su folk setentero se adorna con cenefas instrumentales (un cello por aquí, un piano por allá) que acercan su silla al cálido círculo junto a la chimenea reservado a los grandes (Drake, o el mencionado Elliot Smith). El conjunto es franco, y pese a la coherencia interna del álbum (no sólo en lo sonoro, también en lo temático: el autor se aproxima desde todos los ángulos posibles a los participantes de una fiesta) no hay lugar para el aburrimiento. La escucha de “The Party” se acaba asemejando más bien a la visita a una exposición retrospectiva del pintor Giorgio Morandi: cuando vez esas botellas y esos volúmenes, repetidos mil y una veces en los cuadros, tienes la sensación cierta de haberlos visto en innumerables ocasiones, pero encuentras un indescriptible placer en el descubrimiento de los suaves matices. Del rosa al sepia, del marengo al gris: en canciones como “The Worst In You” se cuelan los rayos de sol, pero es como si precisamente la luz hubiera acabado por lavar los colores del papel pintado, y el aire se impregna con un olor noble y viejo. (Sin mencionar ese estribillo para enmarcar: “why do I always / find the worst in you / do you always find the worst in me / and do i only find the worst in you“). “Early To The Party” nos pone en la piel del que llega a la fiesta, y descubre que es el primero y aún no ha llegado nadie. “Eyes Of Them All” suena algo más optimista, pero en ningún momento se abandona a la euforia, más bien a los pensamientos ensimismados que cruzaban por tu cabeza cuando llegaba a tí desde la otra esquina de la estancia la risa de esa chica a la que ni siquiera te atrevías a saludar, y mirabas de reojo, y la veías bailar con los ojos cerrados y te quedabas como embombado mirando su pelo y pensando: “ay, es preciosa… es preciosa”…
Y luego está “The Magician“, claro. ¿Cómo no voy a identificarme con una canción que esboza a a la perfección mi torpeza para presentarme en sociedad, lo sólo que me he sentido a veces rodeado de gente, mi manifiesta incapacidad para aquello tan sumamente difícil de mezclarse con desconocidos (“al menos podrías intentar ser un poco amable”), y charlar más allá del aburrido comentario meterológico?. Favorito instantáneo, nuevo clásico, absoluta recomendación.
“Do you find
Gets a little easier each time you make it disappear?
Oh fools, the magician bends the rules
As the crowd watches his every move
Just a shaking hand without a concrete plan
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo
Sidesteps to a death-defying feat
Wait for him to reappear
Look close, you’ll see him sweat the most
Each time his options disappear
Just a shaking hand without a concrete plan
Just a shaking hand without a concrete plan
I’m a shaking hand without a plan
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo
Doo doo doo doo, doo doo doo”