Remake de la película de mismo título, aquí en España llamada Fríamente... sin motivos personales, estrenada en 1972 y protagonizada por Charles Bronson. Cuando se contrata a un Mecánico se contrata a un asesino a sueldo, alguien que tiene que matar a un objetivo de la manera más limpia posible, en algunos casos tiene que parecer un accidente. Ese es el trabajo de Arthur Bishop (Jason Statham), con un estricto código y un talento único para eliminar limpiamente a sus víctimas. Hasta que la muerte de su amigo Harry (Donald Sutherland) le obligará a replantearse sus métodos, sobre todo cuando el hijo de Harry Steve (Ben Foster), le pide ayuda para vengarse de la muerte de su padre. Bishop empieza a entrenar a Steve y a enseñarle sus letales técnicas, pero las mentiras y los engaños amenazan con convertir esta alianza en el mayor de sus errores.
Soy gran fan de las películas en las que sale Jason Statham pero tengo que decir que esta no está a la altura de las otras. El guión tópico podría simplificarse en esto: chico trabaja para una organización, esta organización le obliga a hacer algo que a él no le gusta y/o lo traicionan, chico decide vengarse cargándose a todo el que se encuentre. Luego hay algunas variantes, el caso es que es una peli más de acción que se salva gracias al machomen Statham enseñándole todo lo que sabe al aprendiz Foster, formando una buena pareja de acción.
En definitiva, una película de acción rápida y despreocupada, de asesinos, tiros y venganzas con buenos actores y un guión normalito, quedando por debajo de Transporter o Crank.
Valoración: 3/5