Al primer toque
Es posible que en algún momento, a lo largo de los apenas dos años que ha necesitado Ramón Rodríguez para editar dos discos y dos EP bajo el pseudónimo de The New Raemon, un servidor haya perdido cierta objetividad. Pero es que lo hace fácil, como Xavi o Iniesta. Lo hace tan bien y tan bonito que hasta parece sencillo.
No voy a negar que su último largo, La dimensión desconocida, no se ha mantenido en el tiempo con la misma salud que su debut, pero para eso va el bueno de Ramón y nos regala una nueva entrega en formato reducido (preciosa portada, por cierto), para que no nos olvidemos de él.
Editado únicamente en vinilo, la cara A consta de tres nuevas composiciones en las que Ramón nos muestra su vertiente más doliente, transcendente, casi dramática, lejos del moderado optimismo que nos mostraba en algunas composiciones de su anterior referencia (La siesta, Sucedaneos). Cuando se desnuda por completo en apenas 3 minutos es cuando logra cautivarnos por completo. Con La mesa redonda, Cuaresma y Némesis II lo hace.
Contento con lo ya ofrecido, Ramón se da el gusto de incluir en la cara B del disco tres versiones al gusto del artista. La primera convirtiendo casi en un valls Te debo un baile, de sus adorados Nueva Vulcano. Y quizás las dos últimas resultan de lo más sorprendente del conjunto, ya que se atreve a grabar por primera vez en catalán. Las elegidas, M’agradaría ser un lemur de Estanislau Verdet, y Que tinguem sort de Lluis Llach, registrada en la habitación de su casa con la única compañía de una guitarra acústica.
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