The skeleton twins

Por Dani Arrébola 

Una fructífera unión de mellizos 

Poco sabemos del cineasta Craig Johnson, a no ser que alguien lo confunda con el novelista, autor de obras de misterio como The Dark Horses. No, estamos ante otro Craig Johnson que poco tiene que ver. Hasta el momento, este semi-desconocido realizador contaba con un algún corto y un sólo largometraje, su ópera prima True Adolescents, que, o mucho me traiciona mi memoria o no fue exhibida  en nuestro país. Por lo que presumimos en esta su segunda película que lleva por título The Skeleton Twins, Johnson- que además de dirigir la escribe- sabe contar historias con las que puede conectar con facilidad hasta el más común de los mortales, gracias, en parte, a su elaboración llena de realismo, mimos y cuidados impresa en sus personajes.

Y la historia, que co-escribe el propio Johnson junto a Mark Heyman, arranca con un doble intento de suicidio: el de dos hermanos mellizos, ya treinteañeros,  él es Milo (Bill Hader), y ella es Maggie (Kristen Wiig). Y es que, de todos es conocido ese mito, leyenda urbana o quizás -no lo sabemos- ley biológica de conexión emocional y  casi milimétrica, que pueden poseer dos hermanos que nacieron el mismo día. La película no discute esto, pero sí que plasma, a través de los problemas a los que se enfrentan ambos, esa hiper-unión afectiva patente en sus vidas.

El resultado de tanta unión psíquica merece una buena calificación para su director, que es capaz no sólo de aprovechar los 90 minutos de cinta en mantener el interés del espectador, sino que enriquece con brochazos sutiles su obra a medida que los problemas, dudas y reformulaciones en los personajes van acuciando. Pero si Johnson hace méritos en pasar con nota el examen, los verdaderos artífices y culpables de sacar la sonrisa y complicidad de la película, es sin duda una pareja de protagonistas que raya a la perfección. Él, Bill Hade, en un gay incapaz de pasar página a sus túneles amorosos e imposibles traspapelados en un antiguo profesor de literatura; ella, Kristen Wiig, una higienista dental insegura en el timón que ha de adquirir como rumbo su vida en la que, a sus descontroles de fidelidad conyugal, se le suma el miedo a ser madre.

Nos encontramos ante una cinta que te habla de la unión y desunión, como en una especie de documento divulgativo. También introduce la cinta ese motor eterno llamado miedo, gran culpable de las toxinas que habitan por nuestro cuerpo y mente y que nos hacen difícil eso de la “purificación” (la secuencia en la que aparece la madre de ambos, de carácter y espíritu zen, es de las mejores del filme), unas toxinas por tanto que nos permiten avanzar en esta tarea llamada vida. Así, en todas esas teclas en las que el filme ha querido no sólo tocar, sino también ahondar, es evidente que -sin contar tampoco nada original ni matar de emoción al que está sentado en la butaca- acierta de pleno.

The Skeleton Twins se gana el derecho de ser un producto recomendable en la cartelera. Es divisable, no a muchos kilómetros de la pantalla de distancia, su cariñosa elaboración, hecha con buena traza y en la que sólo por el trabajo realizado por su dueto protagonista, merece la pena consumir. También valdrá la pena, por si acaso, poseer una lupa a mano, con tal de seguir bien de cerca las pequeñas ofrendas que puedan llegarnos de la carrera de este prometedor cineasta llamado Craig Johnson.

Puntuación Ránking Apetece Cine: 6,0