The Smashing Pumpkins (3.5)

Sonaban poderosos. Volvíamos al sonido alternativo de los noventa, al ruido ensordecedor que nos hacía delirar y disfrutar con la fuerza de la distorsión. Billy Corgan se dedicaba a lo que mejor sabe: tocar, cantar y liderar a una de las mejores bandas de los últimos veinte años. Noche abierta, sin lluvia, con buena compañía y mucha bebida.  Un setlist que encendía, que nos emocionaba, que nos preparaba para un cierre perfecto. Pero ese cierre nunca llegó y en su lugar un trunco final echó por tierra todo lo bueno que había sido el concierto hasta entonces.

Una imponente pirámide luminosa presidía el escenario “James Gandolfini” de Mendizabala. Tocaron varios de los éxitos del grupo -Bullet with butterfly wings, Tonight Tonight, Zero- e incluyeron una sorprendente y acertada versión grunge del mítico Space Oddity de Bowie. Mi mejor momento fue con Disarm: más eléctrica y agresiva que la original pero con los mismos acordes de dolor y rabia sobre los que Corgan termina gritando “the killer in me is the killer in you”. Fantástica.

A la hora y veinte minutos del inicio del show, un abrupto corte nos devolvió a la realidad con más pena que gloria. No sólo faltaron Today o 1979. Cerraron con un par de temas intrascendentes, aquellos que sirven para ir al baño o comprar cerveza. Solo unos pocos nos quedamos esperando los bises. Nunca llegaron. La insoportable personalidad de Corgan había retornado para despedirse con su pulgar hacia abajo y desalojar de inmediato el proscenio.

 “Bullet with butterfly wings” en el Azkena Rock Festival (Vitoria-Gazteiz) el 28 de junio del 2013