Blutgetscher (Marvin Kren, 2013. Austria): honorable, y con cierto mensaje ecologista, producción fantástica austríaca, también conocida y vendida internacionalmente como The station o Blood glacier, que comienza de forma sugerente pero que acaba abrazando la demencia. Lo estimulante es cuando toma al mejor John Carpenter (el de la evidente La cosa) como espejo, que es la primera media hora. Lo demente es todo lo demás. En la cordillera de los Alpes, algo hace que los animales (todo tipo) muten en algo monstruoso, híbridos de varias especies para ser exactos, lo que afectará y aterrorizará a cuatro científicos estacionados allí. En la parte demente la cinta pierde fuelle, lo que hace que esta obra no pase de un mero entretenimiento B.