Revista Cine
Director: Orson Welles
"The Stranger" es una curiosa e interesante película, contradictoria película, de todas formas efectiva y entretenida y lo suficientemente tensa como para quedar con un buen sabor de boca, pero, en efecto, las contradicciones a las que me refiero son más bien de forma, de narrativa, pues por un lado tienes a Orson Welles, un narrador con un estilo propio y plenamente reconocible, cuyas características plásticas y dramáticas ciertamente se aprecian en el metraje del presente film, mientras que por el otro lado tienes al productor o al estudio marcando las pautas sobre cómo debe hacerse, escribirse y filmarse y editarse la película, y esas pautas acaparan el núcleo de "The Stranger". Welles hizo algunas reescrituras (aunque no fue acreditado como guionista, mientras que sí escribió piezas como "El ciudadano Kane", "The Magnificent Ambersons", "La dama de Shanghai", "Mr. Arkadin" o "Sed de mal", por mencionar películas ya vistas y que ilustran mi punto), las que se pueden notar en el lirismo de los diálogos, en la complejidad y profundidad de los personajes, incluso los secundarios (o terciarios), y en la también complejidad, subyacente eso sí, de un conflicto que, a simple vista, no difiere mucho de los thrillers de la época: persecuciones y máscaras y un buen trabajo policial o institucional, secundado por los responsables ciudadanos. Welles apuntaba más, como no podía ser de otra forma, a adentrarse en los sinuosos e intrincados vericuetos de la naturaleza humana, tanto de los individuos particulares, con sus propias decisiones y cruces que cargar, como de la humanidad, con sus catástrofes y desastres y horrores, con sus insondables sombras siempre al acecho para hacernos recordar lo inimaginable. Lo que queda, sometido a un implacable proceso de montaje, es, como dije, una película efectiva, bien interpretada y excelentemente dirigida, con escenas muy atmosféricas (se hace ya innecesario insistir en el sello visual de Welles), pero bastante, digamos, igualada de inicio a fin, como mantenido en un mismo tono en todo momento, incluso con los contados momentos de humor marca de Welles, concentrado todo muy precisa y exactamente en el devenir del argumento, aprovechando poco (casi por coincidencia, como la inestabilidad de Loretta Young, cuyo tramo no es tan pesadillesco como se auguraba en un momento) los intereses que Welles buscaba plasmar en sus imágenes, como si no fuera de interés lo de la oscuridad humana, como si lo más importante de perseguir a un nazi sea perseguir a la simple figura del "enemigo", que para más inri finge ser un buen ciudadano gringo.Con todo, es una buena película. No me entusiasmó tanto como otras obras suyas, pero está bien, a pesar de todo realmente no tiene puntos bajos. Quizás medianías que no están a la altura del genio creador de Welles, pero tampoco es tan terrible. Siempre es un gusto con este artista.