Revista Cine
Título original: The Taking
Año: 2013
Duración: 77 min.
País: Estados Unidos
Director: Cezil Reed, Lydelle Jackson
Guión:Lydelle Jackson, Cezil Reed
Música: Leland Jackson
Fotografía: Terry Zumalt
Reparto: John Halas, Lynnette Gaza, Alana Jackler, Olivia Szego, Frank Bliss, Gordon Price
Exquisito e impactante debut.
Estamos ante una obra muy original, innovadora y también, por qué no decirlo, perturbadora. En ella el contenido es más importante que el continente. Dicho en otras palabras, hay que mirar más allá de las impactantes imágenes y no dejarse engañar por la aparente truculencia, que la tiene. Los espectadores más aficionados al gore puede que se queden un pelín decepcionados, puesto que se nos enseña la casquería más bien de pasada, sin profundizar mucho en el horror, cosa que creo muy acertada, ya que permite enfatizar en lo realmente importante de la cinta, que es su mensaje.
Cezil Reed y Lydelle Jackson hacen un ejercicio imaginativo muy encomiable, tanto en la dirección como en el guión. A través de unas escenas que en principio pueden parecer confusas, logran explicarnos el concepto verdaderamente importante, que no es otro que no hay peor monstruo que el que llevamos dentro. Vosotros juzgareis si la manera en que lo hacen es la acertada, en mi opinión personal rotundamente sí. Otra cosa a destacar es que en aras de conseguir su objetivo renuncian totalmente a la comercialidad, ni la más mínima concesión. Eso puede que sea algo que se gire en su contra, pero nunca llueve a gusto de todos.
Carl tiene un problema. Persigue como un poseso a su novia que se ha fugado con su mejor amigo. En su persecución se adentra en un extraño bosque. Allí no estará solo, Jade es otra alma perdida que se encuentra atada a un árbol junto a él. La extraña familia que mora el lugar les hará entender que escapar va a ser más difícil que vencer sus propios miedos.
Un soplo de aire fresco que nos viene de Estados Unidos. Una manera de explicar la historia a la que no estamos acostumbrados. Esto no quiere decir sea indigesta, ni mucho menos, pero la distancia entre la opinión de la crítica y la del público creo que en este caso será muy grande. Pero no adelantemos acontecimientos, el arte tiene, afortunadamente, infinitas maneras de expresarse y de nosotros depende abrir nuestra mente para degustar de un producto exquisito como The Taking. Rodada prácticamente en su totalidad en exteriores, introduce diversos temas con la particularidad que lo hace veladamente, casi de pasada, con lo que hay que estar un poco atento. Incluso recrea el mito de Caperucita Roja de la mano de Olivia Szego, la niña que interpreta a la desgraciada hija de Jade. El bosque, el vestido rojo, el lobo disfrazado de hombre e interpretado por un inquietante Frank Bliss, solo falta la abuelita que es sustituida en este caso por la madre. Como ya he comentado antes, el gore está en penumbra, como si dijéramos en un segundo plano, pero eso no quita para que las escenas de canibalismo sean turbadoras. Y es que la familia se las trae. Los actores que la interpretan parecen sacados del circo de los horrores, son, por lo tanto sumamente creíbles, lo que hace que acongoje un poco más. La pareja protagonista, Alana Jackler y John Halas sin embargo nos parecen más cercanos o por lo menos más normales. ¿Pero que es normal y que no lo es en los tiempos que vivimos?, de todas maneras su trabajo es muy acertado, destacando su buen hacer al intentar adentrarse en unos personajes un tanto difíciles. No quiero acabar la parte más técnica sin destacar la excelente fotografía de Terry Zumalt y la sobrenatural música de Leland Jackson, acertadísima e imprescindible en el desarrollo del film.
Hay que agradecer que los artistas arriesguen. Unas veces puede salir mal y otras, como es el caso de The Taking, pueden causar sensación. Es una película que sin duda estará en la boca de todos por su originalidad y atrevimiento. Yo de vosotros estaría al acecho para poder verla. Si lo hacéis, degustaréis de una obra sugerente y que os dará que pensar, una cinta diferente para los paladares más exigentes.
Firma: Josep M. Luzán.