Revista Cine
Ben Affleck y el "fahkin' Bahstan" crime drama
Que Ben Affleck es mejor director que intérprete es algo que no se le escapa a nadie. Tiene cara de gilipollas, vamos, pero lo cual no parece evitar que haya tenido una carrera ciertamente consistente (al menos a nivel comercial) pero en los últimos años hemos descubierto una faceta suya ciertamente novedosa y, por qué no, muy pero que muy plausible, como es la de la dirección.
Para sus dos primeros relatos tras las cámaras (no hablo de su oscarizada Argo, para mí su trabajo más mediocre) ha elegido su ciudad natal, Boston, una localización que, en la última década, ha servido de escenario para algunos ejemplos del mejor Boston crime drama (cada uno en su estilo) norteamericano, ejemplarizado en algunos de los trabajos más celebrados de algunos de los mayores (y mejores exponentes) del cine USA actual, como Clint Eastwood (Mystic river, 2003), Martin Scorsese (The departed, 2006) o The fighter (David O. Russell, 2011).
Considero a The town el segundo mejor ejemplo de este género ya instaurado entre los aficionados y conocido como el Boston crime drama, entre la monumental tragedia shakesperiana que supuso Mystic river, y el vertiginoso frenesí entre la policía y la mafia irlandesa-americana que supuso aquél regreso de Scorsese al género de gángsters titulado Infiltrados (The departed) y que le valió, al fin (aunque seguramente él hubiera preferido ganarlo por uno de sus clásicos) el reconocimiento de la industria en forma de Oscar al Mejor Director. Era un film puramente scorsesiano pero le faltaba algo...en cualquier caso, para nada decepcionante.
La trama de The town tiene en lugar en Charlestown, barrio obrero de Boston, notorio por su gran cantidad de atracos a bancos. La banda de Doug (Affleck) perpetra uno de estos atracos, en el cual no les queda más remedio que llevarse de rehén a una empleada del banco (la preciosa Rebecca Hall) y que, ante la posibilidad de que les pueda delatar (pese a que llevaban máscaras) decide echarle un ojo. Pero al conocerla, se pillará por ella, lo cual no hará más que traerle problemas tanto a él como a su banda (entre los que se encuentra el actorazo Jeremy Renner), en forma de amenazas de mafiosos y también con la policía (Jon Hamm) pisándole los talones.
La puesta en escena es de una clarividencia admirable y los atracos están excelentemente bien rodados, con mucho suspense y recordando a la soberbia Heat (Michael Mann, 1995). Affleck da un completo giro a lo que su debut en la dirección, pasándose al thriller con algo de drama romántico, convirtiéndose en uno de los estrenos cumbre de 2010.
Su anterior Adiós, pequeña, adiós hizo replantearse a muchos la carrera (y hasta el individio mismo) de Ben Affleck, un actor totalmente inexpresivo (además de malo) que alcanzó las mayores notas de chochonería con, por ejemplo, Pearl Harbor (Michael Bay, 2001). Sin embargo, tras las cámaras ha demostrado una solvencia que ha sorprendido a propios y a extraños (yo creo que hasta a él mismo, y uno se pone a pensar por qué no se habrá dedicado a la dirección desde el principio de su carrera en el cine...)
Quizás la subtrama de la policía pisándole los talones a la banda sea lo más flojo de la función, mientras que las subtramas de tanto la relación de los personajes de Affleck y Hall, emotiva aunque convencional y sencilla, como la criminal (donde entra el personaje interpretado por Pete Postlethwaite) proporcionan. al asunto una importancia bien por encima de la media.
Affleck está claramente influenciado por dos grandes del cine moderno como Michael Mann (Heat) y Clint Eastwood (Mystic river), no sólo en la temática (el primero: atracos) y ambientación (el segundo: Boston) sino también gracias a la sobriedad y solidez con la que narra sus relatos, apoyada en la hermosa fotografía que retrata los barrios obreros (poblados de ciudadanos de ascendencia irlandesa y, por lo tal, católicos) de una ciudad obrera de por sí como es Boston, que se convierte en un personaje más, en este caso relacionado con el crimen, concepto del que uno quiere salir (Affleck) y otro no (su amigo Jem, interpretado por Renner). En su versión original podemos apreciar el acento irlandés con el que hablan los personajes (de ahí el encabezado de este artículo). Por otra parte, personalmente creo que la escena entre Affleck y Hall por teléfono, cuando esta le aconseja, de manera encubierta ya que está rodeada de policía, que no quede con ella, demuestra lo prometedor de Affleck como cineasta, aunque volvería a decepcionar con su posterior aunque aclamada Argo (2012). Veamos qué nos deparan sus siguientes propuestas.