A pesar de formar parte de sellos tan míticos como Factory y Sarah Records, de girar con los primeros New Order, o de ser la primera banda en la que tocó Bobby Gillespie, The Wake son unos completos desconocidos para muchísima gente. La banda de Glasgow empezó en 1981 haciendo post-punk y un rock gótico bastante macarra, y acabó su carrera haciendo un indie-pop más propio del sello que les dió cobijo en los últimos años de su carrera. Supongo que esta dispersión de estilos musicales tuvo algo que ver con que no llegaran a las cotas de popularidad de algunos sus compañeros de sello. Que tampoco es que fueran muy populares, la verdad.
Dieciocho años después de su último álbum de estudio, vuelven este 2012 con A Light Far Out, en el que han optado por el indie-pop y dream-pop que practicaban en sus discos para Sarah Records. No obstante, hace unos pocos años, dos de los principales miembros de esta banda (Gerard McInulty y Caroline Allen) participaron en ese proyecto llamado The Occasional Keepers en el que también estaba Bob Wratten, el líder de The Field Mice, Northern Picture Library y Trembling Blue Stars. Vamos, palabras mayores.
Con esta descripción puede parecer que nos encontramos ante un disco de pop directo y pegadizo, y nada que ver, es un trabajo denso, con canciones largas que la banda no tienen ninguna prisa en desarrollar. Se siguen desenvolviendo muy bien cuando se trata de jugar con el Dream-Pop calmado y melancólico, ese que puede resultar cansino para muchos, y una maravilla para otros. Un claro ejemplo son los nuevo minutazos de A Light Far Out, una canción que no despega hasta el minuto cuatro, y tampoco es que el tema en cuestión explote en ese momento, simplemente entran unos preciosos teclados que, junto a una guitarrilla de lo más maja, hacen que la canción cambie completamente, para bien, claro.
Desde luego, es un disco complicado, y no apto para los que buscan sensaciones fuertes. Yo mismo llevo una semana con el, y todavía me cuesta un poco pillar el punto a un par de temas. Eso sí, Stockport, If The Ravens Leave, Methodist (los indietronicos quedarán encantados con estos dos temas) y esa maravilla de pop alegre y juguetón llamada The Back Of Beyond, me tienen totalmente convencido. The Sands, el tema que cierra el álbum, también empieza a gustarme bastante.
No es una maravilla, pero como regreso tras casi dos décadas de vació, no esta nada mal. Yo me esperaba algo peor.
7,5