Tengo aún reciente mi viaje a la costa Oeste americana. Me he traído tan buenos recuerdos y tan buena música que no puedo hacer otra cosa que compartirla con vosotros. Y como a veces me acusáis de “rarunez”, hoy os traigo algo muy agradable y para todos los públicos, The XX
Es una música suave y sugerente, en muchas de sus canciones juegan con las voces de Oliver Sim y Romy Madley Croft dialogando en una conversación lenta, nocturna, cálida y oscura. Es como si unos Pimipinela adolescentes y góticos se hubieran comido a Joy Division y bebido un litro de suavizante Mimosín.
The XX son unos chavales ingleses a los que seguro has oído sin saberlo, algunos de sus temas han sido versionados y usados como música de fondo en anuncios. Y como siempre me gusta dejaros estos datos curiosos, deciros que entre los versionantes están Rihanna y Shakira, que hizo su versión, ejem, particular de Islands
No está nada mal para un grupo que se interesen por su primer disco de esta manera, aunque sea para hacer que suene como si lo cantara una ardilla chupando helio.
Y aunque The XX sólo tienen dos álbumes hasta ahora, XX y Coexist, llevan algún tiempo preparando un tercero, así que esperamos poder compartir con vosotros su nueva música tan pronto como decidan publicarla.
Otro dato curioso. En el lanzamiento de Coexist llegaron a un acuerdo con Microsoft para hacer una especie de experimento viral a través de Internet Explorer. El grupo compartió el disco con un sólo fan en Londres y en sólo 24 horas estaba distribuido por todo el planeta, dejando en el website un rastro de cómo se expandía por el mundo (hasta que cascó por superar los límites previstos). Tenéis más detalles de lo que pasó aquí, aquí y aquí.
Me gustan. Tienen algo que les hace distintos, y por si alguien se pregunta cuál es mi canción preferida de ellos, os dejo con “Crystalised” y su ritmillo en crescendo. Y he de decir que en esto no soy muy original, porque fue el tema que les hizo llamar la atención hace unos años y hacerse mundialmente conocidos.
Os reto a escucharla y no acabar el resto del día tarareando “ayayay”