La colección de bolsillo MAXI de Tusquets Editores anuncia para mediados de enero de 2016 la publicación de más obras del escritor norteamericano Thomas Pynchon.
Al límite
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Estamos en Nueva York, en 2001, durante el periodo de calma que transcurrió entre el desmoronamiento del boom de las puntocom y los terribles sucesos del 11 de Septiembre. Silicon Alley es una ciudad fantasma, la web 1.0 está en plena edad del pavo, Google todavía no ha salido a Bolsa y a Microsoft aún se la considera el Imperio del Mal. Es posible que ya no corra tanto dinero como en el momento álgido de la burbuja tecnológica, pero lo que no escasean son timadores que pretenden arramblar con algún trozo de los restos del pastel. En ese Nueva York, la joven Maxine Tarnow tiene una pequeña agencia de investigación de delitos económicos y se dedica a perseguir a estafadores de poca monta. Maxine investiga las finanzas de una empresa de seguridad informática y a su consejero delegado, pero las cosas se complican. No tarda en verse metida en líos con un camello en una lancha motora art déco, un perfumista profesional obsesionado con la loción para el afeitado de Hitler, un matón neoliberal con problemas de calzado, «elementos» de la mafia rusa y varios blogueros, hackers, programadores y emprendedores, algunos de los cuales empiezan a aparecer muertos en extrañas circunstancias.
La subasta del lote 49
Un buen día, la señora Edipa Maas se entera de que ha sido nombrada albacea de una inmensa fortuna por su ex amante Pierce, un millonario californiano. Una serie de sorprendentes coincidencias la pondrán sobre la pista de un delirante misterio en el que se cruzan personajes tan estrafalarios como su marido, Mucho Maas -aficionado al grupo británico Dick el Sucio y los Volkswagen, pero en cuyo éxito no cree-, el doctor Hilarius -un obseso freudiano salido del campo de concentración de Buchenwald-, Gengis Cohen -un eminente filatélico de Los Angeles-, o los abogados Warpe, Wistfull, Kubitschek y McMingus, y el entrañable Randolph Driblette…También deberá enfrentarse con las más estrambóticas organizaciones, como la R.E.S.T.O.S. -una extraña red postal de proscritos-, o la no menos enloquecida Yoyodyne S.A., hasta caer en la cuenta de que la revelación final radica precisamente en la subasta del lote 49.
V
Tres son los protagonistas de esta extraña y fantástica aventura: Herbert Stencil, que busca algo que cree haber perdido; Benny Profane, quien, como nunca tuvo nada que perder, nunca ha buscado nada, y V., una enigmática mujer que podría ser una joven desflorada en El Cairo, una bailarina alemana en el suroeste africano o una lesbiana de París. Pero ¿por qué Stencil se empeña en investigar la verdadera identidad de V.? La respuesta tal vez resida tanto en la pertinaz idea que tiene Stencil de que «detrás de V., y en V., hay mucho más que todo lo que jamás hayamos soñado» como en esta reflexión del propio Pynchon: «Lo que son para el libertino unos muslos abiertos, lo que es el vuelo de los pájaros migratorios para el ornitólogo, lo que es una tenaza para el ajustador, eso es para el joven Stencil la letra V».