P(u)ateando la vida. Otro blog de Golcar
Cuando pasé frente al cuarto de tía Amapola, la vi parada frente al espejo de cuerpo entero, cual reina de Blanca Nieves consultando al espejito, espejito, decía, mirándose ataviada con un vestido Valentino vintage que le trajo la abuela en el último viaje a Italia. Un vestido largo, en negro, con top de tirantes finitos en color marfil:
—Yo no sé a qué mujeres del pesuve se refería la catira mal bañá de la D’gostino, en ese programita del sábado. Ya quisiera ella tener este porte y esta pinta. Se cree que porque es rubia es muy elegante. Las trigueñas también tenemos lo nuestro. No jo, será que a la única que conoce es a la greñúa de la Iris…
—Tiíta, ¿Y usted para dónde van tan elegante?
—Pa’l concierto de Chino y Nacho, mi niño. Y voy a estar en un puesto así, cerquitica del escenario, donde me caerán…
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