Comida casera e innovación se unen en casa de tu tía
Y es que el cartel engaña.Ves a esa señora mayor tan entrañable con sus cazuelas y su permanente hecha y lo primero en lo que se piensa es en olleta o fabada. Y ni mucho menos. Es un concepto de cocina tradicional con una vuelta de tuerca muy interesante. Un sitio romántico, bonito y no es caro. La tía Carmen es que está en todo.Local
Lo define la palabra acogedor. Es pequeño, si, pero es muy cómodo. Es todo muy diáfano con paredes blancas y tonos azules en lámparas y carteles. Con algunos cuadros que ni me acuerdo de qué eran, pero que quedaban bien. También había una tele donde echaban algún programa de tele5... siempre hay una pega.Las mesas y las sillas son cómodas y mantienen la estética del lugar. Sinceramente, cuando fuimos nos sorprendió bastante la decoración, ya que esperaba algo más rústico y un ambiente más tebernero. Me equivocaba.
Tiene terraza también. Es pequeña, de hecho el restaurante está dividido en dos partes casi iguales en tamaño, que son el interior y la terraza. Es cómodo y además esta en la calle Castaños, frente al teatro. Un sitio guay, con muchos bares y otros restaurantes alrededor.
Carta - [Click aquí para descargar la CARTA de Tía Carmen Alicante en PDF]
Este apartado mola. Es muy curioso ver como todo lo que ofrece este restaurante es simplemente "lo mismo que ofrecen los demás". Encontramos montaditos, revueltos, patatas bravas... ¡pero ojo! No es igual. Es todo lo mismo.... pero diferente.Y por eso nos gustó este lugar. Puede que te guste o no, eso ya depende de cada uno, pero es cierto que no dejará a nadie indiferente. Siempre hay sitio para comentarios tipo "¿esto es un revuelto?" o "para ser montaditos está jod****ente bien".
Vayamos con los montaditos. Sí, son montaditos, pero vaya con los montaditos. Vale que cuestan 2,50€, lo que puede parecerle caro a cualquiera, pero merecen (y mucho) la pena. Hay una gran variedad y todos muy originales. Además, son grandes y están muy cargados, no como los de esa famosa franquicia que te pone una triste loncha de queso. Esto son señores montaditos.
El resto de la carta luce bastante menos. Encontramos raciones, las cuales suenan bastante típicas en el papel y en el plato nos sorprenden; menús de hamburguesas, que tienen una pinta espectacular; paellas en las que tampoco escatiman lo más mínimo y ensaladas. También destacar que la cantidad que te sirven es abundante.
Otra cosa que está muy bien es que han sabido adaptar el menú del día a su cocina. Por solo 8,50€ (fines de semana 10,50€) te sirven un menú muy atractivo. El menú consta de entrante, plato principal, bebida y café o postre.
También tienen vinos, muchos vinos, pero carecen de carta. Los tienen en exposición y supongo que tú ahí ya eliges. Con esto quiero decir que, si sois amantes del buen vino, os gustará este sitio.
Y por último, menús especiales. Para fechas especiales como día de los enamorados o carnaval, hacen menús especiales. Nosotros optamos por uno de esos, pero eso va al siguiente apartado ;)
Nuestra experiencia
Fuimos un día entre semana a cenar. Curiosamente y en contra de todas las veces que había pasado por delante y lo había visto lleno, aquel día estaba vacío. Eran vísperas de carnaval y San Valentín, por lo que la gente estaría reservandose. Nosotros tenemos fuerza para esto y mucho más, así que salimos a cenar.Fuimos a por un menú especial Carnaval. Este era para parejas, costaba 15€ por persona (que suena mejor que 30€) y llevaba todo esto:
- Dos marineras especiales.
- Tabla de quesos.
- Huevos rotos especiales tía Carmen.
- Tomate de la huerta trinchado con anchoas.
- Cuatro montaditos gourmet.
- Una botella de vino espumoso.
Entramos y enseguida nos atendieron. entendible sabiendo que estábamos solos. Nos tomaron nota y los platos fueron saliendo con regularidad. El camarero muy atento a todo, aunque claro, y a riesgo de repetirme: no había nadie salvo nosotros.
Lo primero que nos trajeron fue el vino. No sabría decir qué vino era, ya que estaba en un botellero para que se mantuviera fría y no se podía sacar. No entiendo esta tecnología.
Saltándose el orden, lo siguiente fue la tabla de quesos. Estaban muy buenos, aunque hay que decir que a nosotros nos chifla el queso. Había curado, de cabra... y todo eso acompañado con pan. No le hice una foto al pan, me pareció un tanto ridículo.
Ahora sí, nos trajeron las dos marineras. Eran dos tostas con mermelada de fresa, queso rayado y una reducción de vinagre de módena. Estaba bueno, pero para mi gusto tenía demasiada mermelada, tanta que se comía el sabor del queso y el vinagre. Parecía más un desayuno.
Desvirtuando de nuevo el orden del menú, nos trajeron los tomates de la huerta trinchados con anchoas. Esto... no sé, esperaba algo más. Me pareció un poco... un poco... ¡que es un tomate con cuatro anchoas por encima! Estaba bueno, era un tomate, sin más. No sé como explicar esto, fue una pequeña decepción.
Luego llegaron los huevos rotos especiales tía Carmen. Esto es muy raro. Bajo las lonchas de jamón estaban los dos huevos fritos. Al principio era extraño, pero si mezclabas todos los ingredientes estaba buenísimo. Las patatas fritas son caseras. Es una ración para tres o cuatro. Para dos es mucho. A mí me gusto ese concepto raro y ¿deconstruído? de huevos rotos.
Después tocaban los montaditos gourmet. Los montaditos se podían elegir, así que fenomenal. Mi acompañante no tenía más hambre, y es que comimos muchísimo, por lo que se pidió solamente un montadito. Nos decidimos por, de izquierda a derecha, un Er Jose, un Óscar y un Sobrino. Estaban de alucine. Es más, volvería a comer montaditos hasta hacerme con todos (pokémon!) los de la carta. Grandes, llenos de chicha y combinaciones muy buenas. De diez.
Al sobrarnos un montadito y estar el camarero de buen royo, nos trajo en contraprestación un coulant de chocolate. ¡Buf! Eso no había estómago en el que cupiese, pero nos los comimos. Es que vaya pinta... al final nos lo comimos.
Salimos de allí rodando. Y es que era un menú exagerado para dos personas. Mucha comida y en general (salvando los tomates esos...) muy buena.
Conclusión
COMIDA: 8
Quitando el altercado con los tomates, el cual espero que no se repita, lo demás estaba bueno. La cantidad, como podéis comprobar es más que adecuada, incluso en algunos platos se pasan, y eso nos gusta. Los montaditos son una maravilla. Si hubiera un apartado solo para montaditos les ponía un 14 sobre 10.PRECIO: 7,5
Los precios están muy ajustados para lo que ofrecen. No estamos ante un low cost, pero tampoco ante un restaurante caro. Siendo objetivos, la relación calidad precio está muy bien. No gastar mucho y comer bien es posible.SERVICIO: 7
Le pongo un siete, pero porque no sé exactamente como se comportan en circunstancias normales. Aquel día estábamos solo y el camarero era nuestro, trabajaba para nosotros. Quizá con el bar lleno es igual de competente o no. No lo sabremos hasta que vuelva a ir.LOCAL: 7
A pesar de ser pequeño, como ya dije antes, es muy cómodo. Es bonito y agradable. A pesar de ser barato tiene pinta de caro y apariencia de lujo. La terraza en verano debe ser muy agradable.LOCALIZACIÓN: 8
En la calle Castaños, con paradas de autobús, tram y taxi muy cerca. Rodeado de bares y con el tardeo, mucho mejor. El casco antiguo está al lado, con su fiesta nocturna. ¿Lo malo? Aparcar cerca es muy difícil... o muy caro.NOTA FINAL: 7,5
Un lugar que recomiendo encarecidamente. Tanto para ir a comer solo, como ir con amigos a pegarte un festín o si pretendes sorprender a tu pareja. Los montaditos son algo espectacular.Dirección y contacto
- C/ Castaños, 35 (Alicante).
Teléfono: 966 235 526