Al cierre de esta edición, en Colombia habían sido detectados apenas nueve casos de personas contagiadas con el virus Covid 19. El pánico está haciendo que haya un injustificado desabastecimiento de tapabocas que fueron acaparados por personas que no los necesitan.
Así mismo, ese pánico ha hecho cancelar eventos internacionales y ha desplomado las bolsas de valores en todo el mundo. No obstante, además de simples reglas de prevención, deberíamos tener en cuenta el uso de tecnologías de la información para detectar y hasta predecir el comportamiento de la epidemia que corre el riesgo de convertirse en pandemia.
En China ya están usando una aplicación llamada Alipay Health Code para monitorear si los infectados con el virus salen de sus casas. Si una persona en cuarentena se aleja de su hogar, una notificación alerta a las autoridades. En varios países de Asia están empleando drones de DJI para desinfectar las calles y robots para llevar los domicilios a los hogares de las personas en aislamiento.
Pero una de las tecnologías más increíbles es el uso de cámaras térmicas con las que se puede medir la temperatura de 5.000 personas en tan solo 30 minutos, es decir, tres personas por segundo y con una precisión de ± 0.3 ℃.
Estas mismas cámaras, que produce una compañía llamada Dahua, pueden detectar con una precisión del 99% si la persona lleva puesto un tapabocas. También disponen de reconocimiento facial, el cual provee los datos de la persona para su seguimiento y genera alarmas cuando un individuo presenta temperaturas anormales.
Ahora lo que sigue es el uso de inteligencia artificial para predecir el comportamiento de la enfermedad en el mundo entero. Actualmente en la web hay varios mapas en tiempo real con los que se monitorean los casos reportados, pero qué bueno sería entender dónde y cuándo podrían aparecer los nuevos contagios y si podrían generarse nuevas mutaciones del virus.
Colombia no puede abstraerse de esta realidad y menos abstenerse de usar las TIC para la prevención y contención de esta enfermedad que es más peligrosa por la desinformación que por los efectos reales del virus.
Nota: Esta columna fue publicada originalmente en Vanguardia el día 12 de marzo de 2020