Grupo de campanillas de invierno en un seto.
Estos días de mediados de invierno, en casi todo el Reino Unido ya empiezan a verse las primeras flores de una bulbosa muy curiosa: la campanilla de invierno (Galanthus nivalis). A pesar de la nieve y las temperaturas bajo cero, estas plantas consiguen florecer y crecer alegremente, por ello, en numerosas culturas europeas se la relaciona con el renacimiento y la esperanza de una nueva primavera.
Campanillas de invierno plantadas en los terrenos de una iglesia. Yorkshire del Este.
La primera vez que vi una de estas plantas, pensé que se trataba de una especie que no conocía, parecía la típica Galanthus nivalis, pero, en sus flores, aparte de los tres largos tépalos externos, los internos eran numerosos, lo cual hacía que fueran más grande. Por lo general, la flora británica, en concreto el grupo de las "bulbosas" -dicho así a lo bestia-, es poco diversa, y con lo dados que son los británicos a crear cultivares nuevos cada dos por tres, pensé que tal vez fuera un G. nivalis de flor doble. Y así era. Investigué sobre esta planta en Gran Bretaña, pensando que, al ser tan abundante, era posible que alguna mutación que favoreciera la flor doble se hubiera extendido, y me llevé una sorpresa: para empezar, esta planta es introducida. Según diversos autores, se especula que fue desde la época romana hasta el siglo XVI. Y sí, hay variedades de flor doble, hojas variegadas, rayadas, etc. y no solo eso, dentro de esta especie, se reconocen casi quinientas variedades, procedentes de híbridos entre especies (sí, sí, de otras especies del género Galanthus) de floración otoñal y primaveral. Un lío, vamos.
Dos variedades de Galanthus nivalis, naturalizadas en un seto.
A pesar de todo, su rusticidad y belleza es apreciada entre los jardineros, entre los cuales encontramos un gremio autodenominado "galantófilos" que coleccionan y plantan variedades sorprendentes de campanillas de invierno. Y le dan un toque de vida al bosque caducifolio en plena estación del hielo.