Revista En Femenino

Tiempo para Mí – Parte 5: Más tiempo, más ganas

Publicado el 21 enero 2016 por Lola Lemans @lemanslola

Me doy cuenta de que casi todo el año pasado mis posts han sido pura queja: que no tengo tiempo, que no tengo ganas.

Estuve cayendo en la misma trampa de cuando pensaba que ni valía la pena intentar adelgazar porque sólo es posible con un personal trainer y un chef que te prepare delicias light. Después de haber descubierto que sí es posible bajar de peso sin gastar un centavo ni internarme en una clínica, he vuelto a las andadas.

Ahora he llegado a creer que ni vale la pena intentar sentirme calma, plena y feliz porque me falta un instructor de yoga, que el bar de la esquina venda shots de wheatgrass y tortas crudiveganas, renunciar a mi trabajo de oficina y pasarme el día corriendo en el parque, meditando y escribiendo. Y como mi vida de madre que trabaja en Europa del Norte (léase: sin ayuda doméstica) no se parece en nada a esa vida ideal, me he estado sintiendo bastante insatisfecha y… ¡debería cambiar el nombre del blog a Más Placer, Menos Quejas!

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Hasta que vi un video que me dejó helada. Andaba yo googleando “cómo tener más energía”, y encuentro a este tipo que plantea la pregunta “¿qué haces hoy con la energía que tienes?“. Con una analogía poderosa que me caló bien hondo: desperdiciar el tiempo y energía que tienes es como encender un cigarrillo con un billete de 100 EUR y andar diciendo que quieres ganar la lotería porque el dinero no te alcanza.

Me declaro culpable. Malgasto el poco tiempo que tengo, mientras sueño que mi vida será diferente cuando tenga… ¡más tiempo!

Cuántas veces me he salteado la hora de comer en la oficina, por pura adicción workahólica, y se hace tan tarde que termino comiendo cualquier sandwich patético frente a la pantalla. Tendría que haber salido a caminar al aire libre, comprar comida sana, y disfrutarla masticando lentamente.

Cuántas veces me quedo hasta pasada la medianoche mirando episodio tras episodio de Homeland y al día siguiente no me levanta ni una grúa, y me la paso con migraña y un humor de perros. Tendría que haberme ido a dormir temprano, para amanecer fresca y renovada.

Cuántas veces me enrosqué en cuestiones complicadas en el trabajo, tomándome todo de manera personal, en vez de respirar hondo, blanquear la mente, envíar luz, y
resolver la situación de la manera más rápida y simple posible, sin discutir ni embroncarme.

Si el tiempo y la energía fueran dinero, ¿no te parece que valdría la pena hacer una auditoría para descubrir en qué se está gastando?

No debería tomar mucho tiempo recordar las últimas semanas y analizar qué hemos estado haciendo por la mañana, mediodía, tarde y noche, tanto en los días laborables como los fines de semana. Hablo de intentar una observación objetiva, sin juzgarnos ni caer en el drama. Lo hecho, hecho está y remitiéndote a los hechos, ¿cómo has estado usando tu tiempo? Tal vez te des cuenta de que tienes más tiempo libre del que piensas, y eso despierte tu gratitud. Tal vez encuentres como yo actividades que han desperdiciado tu tiempo y energía, y te inspires para mejorar. Detenernos a observar y evaluar nuestra vida es bueno, y si lo hacemos con gratitud e inspiración, es mucho mejor.

El siguiente paso será un plan de rescate de algunas horas por día para usar como Tiempo Para Mí, ya sea para pintarte las uñas, ir al spa, o perseguir tus sueños y
cambiar el mundo.

Por ejemplo me he dado cuenta de que de lunes a viernes puedo llegar a rescatar hasta cuatro horas por día para aprovecharlas mejor:
– despertándome una hora más temprano
– tomando mi hora completa de almuerzo
– dos horas después de cenar en vez de mirar tele

Idea para empezar: la tele e internet son grandes agujeros negros – se pierden horas completas y al final te quedas sintiéndote más pesada y letárgica que antes.
Aplica un detox digital por unos días y ya tendrás inmediatamente más tiempo libre.

También puedes pensar qué tareas, además de tomar tiempo, te desagradan más, y planear delegarlas: por ejemplo mandando camisas a planchar fuera, involucrando a tus hijos para que ayuden en la limpieza, o pidiendo online en el supermercado. A veces vale la pena invertir un poquito de dinero si le vas a dar buen uso al tiempo que ganes a cambio.

Lo cual me lleva al punto más importante: ¿qué es un buen uso del tiempo? ¿qué es lo mejor que puedo hacer con las tres o cuatro horas que he llegado a rescatar por
día?

La respuesta tiene que ser “lo que me haga sentir una mejor mujer”. ¿Qué te hace sentir a ti una mejor mujer?

A mí por ejemplo: correr en el parque, meditar, preparar comidas ricas y sanas, darme baños de inmersión, dormir bien. Estas actividades me hacen sentir calma, feliz,
con ganas de empezar un nuevo día. Me “replenan”. No encuentro una palabra en nuestro idioma que exprese lo que se siente por ejemplo cuando tienes la piel seca y te
pones crema: la piel pasa de áspera y opaca a suave, radiante, nutrida. No es “rellenar”, ni “recargar”, ¿me dejas usar la palabra inventada “replenar”?

El propósito del Tiempo para Mí tiene que ser Replenarnos para sentirnos mejor que antes, para así tener más energía, más ganas, más inspiración, y poder mostrarle al mundo nuestra mejor versión. Regalarnos los mimos y auto-cuidado que nos permitan sentirnos de la mejor manera posible para actuar como una mejor mamá, una mejor esposa, una mejor empleada, una mejor amiga, una mejor hermana, una mejor jefa, una mejor hija.

Porque el Tiempo para Mí no es egoísta: no podemos dar lo que no tenemos, por eso el primer paso es atender nuestras propias necesidades para poder luego hacer acto de presencia en nuestros roles y obligaciones ofreciendo lo mejor porque nos hemos Replenado y tenemos suficiente para dar.

Imagina que eres una taza en un platito: todos tus mimos y rituales de autocuidado deben ser como una tetera que sirve té constantemente sobre la taza de tal manera que la mantiene llena y rebalsando líquido sobre el platito. ¡Ofrece a los demás el té que cae sobre el platito, tu responsabilidad es mantener la taza llena y a rebalsar continuamente!

El desafío es cómo usar las horas que podemos rescatar por día para escoger sabiamente actividades que nos Replenen.

Todo empieza con una intención: ¿cómo quiero sentirme después de esta actividad? Por ejemplo, supongamos que hoy tengo 45 minutos y escojo ir a correr al parque. ¿Cómo intento sentirme cuando esté volviendo a casa? Físicamente cansada, con la mente despejada, las mejillas rojas, feliz, entusiasmada e inspirada con nuevas ideas para escribir. Replenada.

Para completar el ejercicio, debería al volver comprobar si la actividad me hizo sentir como esperaba. Así podemos aprender qué actividades nos sientan bien y vale la pena invertir tiempo en ellas.

Te doy otro ejemplo: tienes dos horas el domingo por la noche y escoges ver un par de capítulos de tu serie preferida. ¿Cómo esperas sentirte al terminar? Entretenida, contenta, satisfecha, feliz, con la mente despejada, lista para dormir profundamente. Replenada. Pero la historia te atrapa, capítulo tras capítulo quieres ver otro y otro más, el par de horas se hacen cuatro, mientras tanto te dan ganas de picotear patatas fritas y luego galletas de chocolate, se hace tarde, te quedas dormida frente a la tele, te despieras incómoda dándote cuenta de que son pasadas las 2 de la mañana y ni te lavaste los dientes, ni te desmaquillaste… y así nomás, sin casi ponerte el pijama, te metes en la cama para despertar dentro de unas horas a enfrentarte al peor lunes posible (cualquier semejanza con la vida real es pura coincidencia).

Las lecciones aprendidas de las intenciones y expectativas versus los resultados obtenidos serán nuestra guía para planear mejor el uso del Tiempo para Mí. Volviendo al último ejemplo, el próximo domingo que tenga dos horas por la noche, preferiré en cambio una comedia de hora y media, me sentaré frente a la pantalla en pijama, desmaquillada, encremada y con los dientes cepillados, lista para meterme temprano en la camita con un libro y dormir pronto.

Te cuento otra historia: yo he salido con amigas a cenar un viernes después de la oficina, pensando que era un buen uso del Tiempo para Mí, con la intención era sentirme acompañada, feliz, celebrando con alegría, conectada con las chicas, satisfecha, renovada. Replenada. Quedamos en un bar, para luego ir juntas al restaurante.
Como fui de las primeras, me mandé dos cocktails y un bowl de nachos. Nos juntamos muchas, la cena empezó tarde y tras entrada, plato y postre, nos fuimos pasada la medianoche. Era una mesa tan larga y tan ruidosa, que a duras penas oía a quien tenía al lado. Agrégale vino, y el sábado por la mañana cuando el Pitufo me despertó a las 7 (“¿ya es de día mamá?, ¿hoy hay que ir a la escuela?“) no me sentía para nada replenada. Y en esa época me pesaba todos los día, ¡y la cenita me costó 2 kilos!

Así aprendí que me va mejor encontrarme con un par de amigas, ir a caminar juntas, tomar el té mientras los nenes juegan, conversar tranquilas. Así encuentro la conexión y la felicidad. O si no ir a bailar salsa como locas mientras bebo agua mineral con limón, y llegar a casa antes de las doce, así encuentro la diversión, celebración y recuerdo de buenos momentos compartidos con las chicas.

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Tal vez te parezca que planear el uso del tiempo libre, con definición de intención por adelantado y posterior evaluación es una exageración. Tal vez te parezca que le quita espontaneidad a la vida. ¡Tal vez no seas una madre que trabaja full time! Yo me he tenido que pedir un día de vacaciones el próximo mes para ir a la peluquería a cubrir las canas, a lo que hemos llegado. Tengo que pelear con uñas y dientes por un par de horas para mí, plantar bandera en la agenda familiar y con ese tiempito, me vuelvo Gollum con su “preciousssss”…

Propongo para el nuevo año una plantilla como la de la imagen, para guiarnos en el buen uso del Tiempo para Mí.

Se llenaría por ejemplo así:

Fecha: Sábado 16/1 (cuándo tendré el tiempo disponible)
Tiempo: 2 hs 30 min (cuánto tiempo durará la actividad o experiencia)
Actividad: Visita al Markhal de Rotterdam (breve descripción)
Intención: sentirme inspirada, satisfecha, feliz, habiendo comido sano y rico y hecho algunas compritas (completar antes: cómo espero sentirme)
Resultado: salí abrumada, cansada, el banh mi no me gustó, muy ruidoso y no está tan bueno (completar después con una evaluación)
¿Repetiré? NO (Sí o No, tachar lo que no corresponda)

Las experiencias que vale la pena repetir conviene guardarlas en tu Lista de la Felicidad, para tener a mano ideas y así hacer cada vez más lo que nos gusta, y menos lo que no nos gusta.

En conclusión:

  1. En vez de quejarnos por la falta de Tiempo para Mí, usemos el poco disponible de la mejor manera posible.
  2. Vale la pena un poco de esfuerzo para descubrir qué actividades o experiencias nos hacen sentir mejor.
  3. “Replenar” es mi palabra emblemática para el 2016. A propósito, ¡feliz año nuevo!

Ahora, un reto… ¿quién se anima a usar la plantilla para planear una actividad, y contarlo en los comentarios?


Tiempo para Mí – Parte 5: Más tiempo, más ganas
Tiempo para Mí – Parte 5: Más tiempo, más ganas

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