- A veces no se comprende la figura del bloguero o bloguera. Por parte de la sociedad se ve como alguien frikie que busca una notoriedad. Personas que están enganchadas un montón de horas a la red y de las que gustan en sus horas libres ocuparlas en una afición de la que apenas se puede sacar provecho.
En una sociedad tan globalizada, palabra eufemística para no decir deshumanizada, como la actual, se tiende a valorar poco el trabajo del intelecto y, mucho, trabajos como los de quien cobra más y realiza el menor esfuerzo.
Si a eso le añadimos que el consumo desaforado tiende a una cultura del ocio en la que en nuestros ratos libres consumimos más, pagamos más por cosas que apenas tienen valor de verdad. Sin embargo, por seguir esas modas al final nos sentimos más vacíos y más solos, por muchos palos de selfies que compremos para hacernos fotos y más fotos.
Y no me parece mal que se vendan palos de selfies, ni cienes y cienes de productos calificados de “la teletienda”, lo que me parece mal es que no se valoren trabajos y esfuerzos como los del teatro, los del clown (ojo me refiero al mundo del “payaso-mimo” no a los de Los Inmortales con mandoble en ristre), los de artistas callejeros y no tan callejeros que, de siempre, han aportado más a la sociedad que no por ejemplo los show business en relación al mundo deportivo y a los deportistas.
No hablemos ya de la clásica paradoja que se produce cuando alguien (en espacios muy cerrados y reducidos, donde por cierto, suele haber niños pequeños) comienza la protorrea verbal insidiosa e injuriosa de soltar exabruptos hacia los árbitros, hacia los jugadores del equipo contrario y no digamos ya la saña en la jerga para referirse a los hinchas rivales. Y, por supuesto, nos mofamos cuando alguien intenta hacer consciente que eso puede suponer un problema a la larga para nuestra sociedad.
Y luego nos llamamos civilizados y pretendemos poner dos rombos a muchas de las películas que se emiten en televisión por no hablar de series como Juego de Tronos o Vikingos, donde “hay mucha violencia y sexo explícito”. Qué le pregunten a Valderrama, el jugador colombiano del Real Valladolid si cuando el laureado jugador madridista José Miguel González Campo (alias Michel) se propasó en lo que eufemísticamente podríamos llamar en términos musicales “tocata y fuga” como si se tratara de Juan Sebastian Bach.
La única diferencia estriba en que las series y las películas son de ficción y así lo entendemos todos… mientras que los mamporros, persecuciones, insultos y demás intimidaciones no son de ficción… pero quizá eso no le impacte a los niños. Es curioso como muchos padres y abuelos de una cierta edad se escandalizan de que una niña con 16 años pueda abortar sin el consentimiento paterno pero no les parece mal llevar a bebés o a crituras con 10 años a los encierros y correr detrás de los toros en un acto que, cuando menos, pone en riesgo la vida del padre y también la de los niños.
Lo cierto es que todas las sociedades tienen sus dobles morales pero sólo solemos criticar a los pueblos, regiones o países vecinos y no nos ponemos nunca a cuestionar los nuestros. Volviendo al tema inicial, cada vez que avanza el tiempo hay menos blogueros por la blogosfera, al igual que hay menos profesionales que se dedican al mundo del teatro, del arte callejero hacia los que yo desde aquí rompo una lanza.
Supongo que este intento por parte de los que se encuentran en los gobiernos (no sólo nacionales y me da igual de la tendencia política que sean) se pretende cada vez más deseducar a la gente para que no piense, para que sienta encarriladamente cuando tenga que sentir y en la dirección que interese en vez de educar ciudadanos para que haya un mundo mejor. Hay sectores político-sociales donde se ve, sino con buenos ojos, al menos no se manifiesta en sus partidas presupuestarias claras y reales; la ejecución de programas contra la despoblación de los pueblos. Contra la emigración forzada y gratuita para que bajen las listas del paro. No digamos el paro de los jóvenes. No digamos las ayudas sociales. No digamos la preocupación por la salud y por el bienestar de nuestros mayores.
No digamos… podría seguir de forma indefinida… y, aunque probablemente, estas letras no las lean muchas personas, las que lo hagáis habréis hecho un ejercicio de reflexión, de puesta en valor de alguien que escribe con plena libertad, según le dicte su conciencia, sobre todo porque no le debe nada a nadie, porque no tiene un amo a quien servir ni un diablo a quien encomendar su paga.
Y los que escribimos de esta manera somos blogueros y blogueras, algunos tienen muchísimo éxito y seguimiento, y debido a su trabajo y esfuerzo consiguen vivir de ello día a día y tienen un mérito excepcional. Muchos otros sólo lo hacemos por pura satisfacción personal, porque algo nos conduce a no callarnos, a no dejar dentro de nosotros algunas de las cuestiones que vemos, puedan llegar a producir una úlcera, y como un mensaje en una botella; arrojamos a un estanque de datos por agua y de redes por cable donde la información pueda llegar a todos.
No se trata de buscar una notoriedad, ni de rellenar el espacio del corazoncito que todos llevamos dentro y que a veces se convierte en ego, rotundamente no. Se trata de realizar con palabras fotografías de la realidad, de la cocina, de los deportes, de la sociedad, pero desde la libertad de expresión y de conciencia procurando respetar a los demás para poder opinar y convivir con formación, pero también exponiendo con claridad lo que cada uno piensa y siendo críticos, empezando por nosotros mismos.
Si se buscara una notoriedad, un ego volador no identificado, prácticamente habría sólo blogs que hablaran de fútbol, o de crónicas de sociedad, pero la realidad es que a poco que uno hurgue en internet se dará cuenta que hay de todo y para todos.
Por lo tanto, cada lunes se seguirá hablando por la mañana de las rivalidades deportivas enconadas bajo las que se camuflan en los campos todo tipo de violencia verbal y física gratuita aculturando en valores a los más pequeños y sólo unos pocos seguirán leyendo reflexiones como esta, pero eso no quiere decir que se más verdad la de ellos que la mía, ni la mía que la de ellos.
Lo que está claro es que la figura de los blogueros y de las blogueras seguirá estando infravalorada incluso aunque nos pique la curiosidad de algún dato o conocimiento puntual para el que exigiremos que algún frikie haya dedicado ya no unas horas, sino parte de su vida al conocimiento en particular de lo que nos interese, sea una receta de cocina, un dato histórico, cultural, o quién es o qué hizo fulanito o menganito.
Y que nos lo exponga, ya no como un profesor, sino con un lenguaje claro, accesible, haga una labor de divulgación y a la vez de rigor casi científico. Incluso hasta nos caerá bien ese frikie que nos habrá alegrado la tarde. Al igual que nos caerá fenomenal ese actor de teatro, ese poeta-rapsoda, ese artista callejero… no obstante seguiremos sin hacer nada para que se mantengan y casi nos dará igual que desaparezcan como ya están desapareciendo oficios en los pueblos… pero como dice un poema irlandés medieval, no nos acordaremos de plantar y cuidar a los árboles hasta que no nos quedemos sin madera.
Ahora que aún estamos a tiempo acordémonos de todos ellos y valoremos aunque sea con una sonrisa, con un aplauso, con un acudir a sus funciones, a sus galas, a sus calles, y echemos una moneda a quien pensemos que se la merezca y aplaudamos fuerte por todos ellos. Valoremos pues a todos los que se esfuerzan por que la sociedad siga siendo más humana y menos globalizada.
Cuaderno de Chema
De la serie, "La curiosidad hizo sabio al gato".