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Tierras de niebla y miel. Marta Albelló

Publicado el 01 abril 2021 por Carmina
Tierras de niebla y miel. Marta Albelló
Hay novelas que te seducen desde la portada, y esto es lo que sucedió con Tierras de niebla y miel, cada vez que me cruzaba con ella me llamaba poderosamente la atención. En la estantería cientos de libros  por leer y estaba convencida de que este no iba a ser una excepción, por eso me resistía a comprarlo. Pero. como las ocasiones las pintan calvas y hay que cogerlas al vuelo, cuando #SoyYincanera propuso esta lectura simultánea saqué tiempo, de donde últimamente no lo encuentro, para sumarme a un viaje delicioso a finales del siglo XIX, y a una tierra de luz y contrastes, que he disfrutado de principio a fin gracias a la prosa de la autora y a la estructura del libro.

Para los que pasáis a menudo por el blog no es ninguna novedad que me gustan las novelas de largo recorrido por más que últimamente no me prodigue demasiado en ellas, que disfruto con personajes femeninos potentes, que no me asustan las novelas corales si tienen buenos  mimbres. Me gustan las novelas cocinadas a fuego lento, con tramas y subtramas cerradas y coherentes, con especias que den sabor, color y su punto picante a la historia. En  literatura como en la cocina no solo hay que tener buenos ingredientes, hay que saber mezclarlos de forma armónica, darles su punto y terminar la cocción en el momento adecuado.

Para mí Marta Abelló ha conseguido crear una historia potente, con personajes inolvidables, ambientada en paisajes bellísimos que logra que el lector visualice. Ha conseguido trasladarme a una época en la que la diferencia de clases era abismal, en la que caer en desgracia podía significar convertirte en prófugo de la justicia. Una época de señoritos, gente adinerada y sirvientes mal pagados, algunos tan solo con comida y cama, en la que la valía de una mujer se medía por la belleza y por la educación recibida en caso de ser de procedencia acaudalada, meros jarrones decorativos en manos de los varones que regían sus destinos. algunas veces de forma caprichosa, y envases de su descendencia para asegurar la casta.

Pero vayamos por partes porque esta historia bien  merece detenimiento.

La autora:

Tierras de niebla y miel. Marta Albelló
Marta Abelló nace en Barcelona en 1972. Apasionada lectora, comenzó a escribir sus primeras
historias a los ocho años alentada por su admiración a Enid Blyton. Ha participado en numerosas antologías de relatos en España y Latinoamérica, y ha obtenido diversos premios literarios.

Su novela Los hijos de Enoc se mantuvo en las listas de bestsellers de Amazon durante más de un año para posteriormente ser publicada por Booket en 2019.

Tierras de niebla y miel es su sexta novela.

La podéis encontrar en:

 Web: www.martaabello.com

Instagram: martaabello_escritora

Twitter: @martikka1

Sinopsis:

Año 1899. La joven Martina de Icaza regresa a su Cádiz natal huyendo de un matrimonio fracasado. Pero al desembarcar descubre que se ha quedado huérfana y sin hogar.

Desamparada, tiene que trabajar como sirvienta en la humilde pensión de su tía Balbina, hasta que un buen día su prima Candela desaparece.

A partir de entonces, Martina se ve envuelta en una trama de intrigas, aventuras, crímenes y pasiones que la lleva a adentrarse en la Casa Baena, una imponente mansión malagueña llena de secretos y misterios.

En una España de contrastes donde se conjuran criadas y señoras, bandoleros y burgueses, Martina deberá impedir un crimen tiempo atrás profetizado, enfrentarse a una amor imposible y alcanzar su propio destino, aunque este la transforme para siempre.

Mis impresiones:

Tierras de niebla y miel es una novela que lo tiene todo para enamorar al lector, para que se quede pegado a sus páginas, para que a pesar de sus muchos personajes dibujados con mimo y mucho acierto este dispuesto a viajar de América a Cádiz y de allí a Antequera para recalar finalmente en Málaga.

Uno de los puntos fuertes de esta historia es su ambientación tanto histórica como geográfica, en todo momento Marta Abelló nos sitúa en ambos planos con maestría. Pero me voy a centrar en la geográfica porque para mi es la que tiene mayor relevancia. La autora nos pasea por unos paisajes mágicos, bellos, imponentes,  descritos con tanto detalle que deseas pasear por sus  tierras, necesitas dar una vuelta a caballo por El Torcal en compañía de la banda del Cañamero, asistir a una de las excavaciones de Angus Slorrance, o bien acompañar a la Abuela Regina en sus visitas al Dolmen de Menga y sentir lo que ella siente en esos parajes. Y ya de paso, perderme por La Peña de los Enamorados, pasar una velada en la terraza de la Abuela Regina en Antequera, a los pies de La Alcazaba, o perderme por la imponente Casa Baena con todos sus pasadizos secretos, y todos los misterios que esconde en su interior.

Todos los paisajes con ligeras modificaciones pueden ser visitados en la actualidad porque son reales, eso si la vida avanza y los entornos se modifican y más de un siglo es motivo suficiente para ello. Incluso la Casa Baena existe pero hoy dista mucho de ser majestuosa, Marta Abelló se ha inspirado en el Cortijo Jurado o Heredia, una propiedad que arrastra una leyenda negra, y que está en venta desde hace muchos años sin que consiga un comprador que le devuelva su esplendor, incluso se han realizado estudios de fenómenos paranormales y subastas a la baja, muchos proyectos que no han llegado a materializarse mientras el edificio se va deteriorando irremisiblemente.

Pero si bellos son los parajes y las descripciones gráficas y visuales que nos ofrece la autora no menos acertada es la estructura del libro. Nos encontramos con dos historias que avanzan en principio por separado y terminan confluyendo en un momento determinado. Dos historias que la autora separa en capítulos y partes diferenciados para que el lector se sitúe en todo momento y no tenga sensación de pérdida, al menos yo no la he sentido, a pesar de estar días enteros sin poder acercarme al libro. Nos encontramos con treinta y seis partes tituladas y al mismo tiempo dentro de ellas capítulos numerados, algunos de ellos tan cortos que no ocupan ni una página. Con este recurso además de mantener al lector atrapado en la lectura, porque no pierde el control de la situación en ningún momento, la autora consigue dotar de agilidad a la historia que avanza a buen ritmo a pesar de lo que pueda parecer en determinados momentos.

Estas dos tramas comparten personajes comunes aunque sea como mero atrezzo, personajes que nos van a servir como nexo de uniòn y nos van a deparar más de una sorpresa, como el ama de llaves de casa Baena, Simona, la abuela Regina, Angus Slorrance, Candela y la propia Martina que va a ser la que al final transite entre las dos historias y haga que confluyan con mucha naturalidad, que no quede ningún cabo suelto a pesar de ese final que yo hubiera preferido mucho  más amplio, no me hubiera importado que la autora se hubiera explayado más.

Marta hace gala de una prosa sencilla y casi poética, sin grandes artificios literarios consigue que el lector se enamore de su forma de escribir y narrar. Me ha sorprendido y cautivado la maestría a la hora de otorgar voces narrativas, cada clase social habla como le corresponde, incluso hay un personaje que usa un andaluz muy cerrado, de casta muy baja, y que te sumerge en todo momento en la realidad de la época, "... uno, do, tre y cuatro, la curiosidá mató ar gato". El uso del acento andaluz del que la autora demuestra ser brillante conocedora le otorga una válvula de oxigeno a una historia en la que podemos encontrar, amores pasionales, correspondidos, platónicos, tóxicos, desamores, crímenes, y comportamientos venenosos, dramas, aderezados con un fino sentido del humor que se inserta como vetas a lo largo de la narración. Posiblemente este haya sido uno de los mayores aciertos de la novela, una de las cosas que más me han cautivado, aunque he de reconocer que al principio logró descolocarme un poco.

Y si me ha seducido la ambientación geográfica y la estructura narrativa del libro, no menos lo han hecho sus personajes, sobre todo los femeninos que tienen una fuerza y una garra impresionante, desde el de más edad a la más chica. A pesar de que el personaje principal es Martina y es ella quien une ambas tramas, hay momentos en que se ve eclipsada  por secundarios que tienen un poder de seducción fortísimo, no se si es el efecto que buscaba la autora, o bien es una forma de hacer reaccionar a una mujer gris y anodina a la que la vida va golpeando y va moldeando, así veo yo a Martina, una mujer capaz de tomar decisiones difíciles, capaz de sobreponerse a situaciones complicadas, pero siempre hay un resorte externo que la obliga a reinventarse, a avanzar, a resurgir de sus propias cenizas.

Nos encontramos con una novela coral, con tantísimos personajes, sería un suicidio hablar de todos y cada uno de ellos, aunque todos merecen mención, y todos y cada uno de ellos son importantes en el devenir de esta historia, voy a intentar resaltar únicamente aquellos que por una razón u otra a mi me han impactado y por deferencia, de la protagonista, que ya adelanto que no es mi personaje preferido. No vayáis a pensar que nos encontramos ante un libro escrito por una mujer para mujeres, porque los personajes masculinos también son importantes, tienen su poder de seducción, y marcan de alguna forma u otra el avance, tanto por acción como por omisión. 

Me vais a permitir una debilidad que no es propia de mí a la hora de reseñar, pero voy a empezar por el personaje que más me ha cautivado, una mujer que a pesar de haber nacido en una familia privilegiada no es un referente de su clase social. Su forma de ser, su lengua afilada, su comportamiento desinhibido para la época nos hará sonreír en más de una ocasión y nos robará el corazón, y esta mujer no es otra que Milagros García de la Garza, huérfana de madre y de carácter díscolo su padre decide ingresarla en un convento, pero nuestra novicia no tiene vocación y lo pone patas arriba con su forma de ser. Como castigo su padre decide mandarla al cortijo de sus tíos antes de volver al convento donde ha sido amonestada, con el propósito de aplacar su carácter antes de tomar definitivamente los hábitos. En la novela hay un antes y un después de la aparición de Milagros, gana en alegría, en frescura, en verosimilitud, porque en todas las familias, da igual su procedencia, hay ovejas negras, y nuestra monja sin vocación es una mina de ocurrencias.

Martina de Icaza, nuestra protagonista es una mujer que pasaría desapercibida, una mujer cuya vida se desmorona cuando descubre el secreto de su marido Conrado Lefebvre, vicecónsul de España en Nueva Orleans, y se siente engañada y traicionada. Finge su  muerte para poder abandonarlo y regresar a España, pero no cuenta con la lealtad que el servicio doméstico le guarda a su marido. Después de un viaje complicado descubre que sus padres han fallecido, su marido es el depositario de su herencia y se ve obligada a acudir a la caridad de su tía Balbina, que le guarda mucho rencor a los Icaza y ve en ella un instrumento de venganza. Martina, convertida en Catalina Valdivia es una mujer con muchos recursos aunque no sean materiales, pero muy influenciable emocionalmente, su tía consigue que se sienta mal en muchas ocasiones pero el motivo de que ella siga en esa casa es su prima Candela. Una muchacha de piel blanquísima, ojos azules y pelo negro azabache, una niña de nueve años enfermiza, con una debilidad extrema en las piernas, con maña para tejer y siempre rodeada de libros de santos. Descubrir a Candela es todo un placer a pesar de su corta edad. y se convierte en el acicate para que nuestra Icaza asuma su nueva identidad en busca de su paradero.

Regina Vega, es la abuela paterna de Martina. Como he admirado a esta mujer, aunque no soy yo muy dada a creer en dones, y al margen de ellos, el coraje de esta señora para abandonar a su familia a la muerte de su marido en busca de su felicidad, para encontrarse a si misma, es impresionante si tenemos en cuenta la época en la que transcurre la novela. Como poco ese comportamiento puede tacharse de excéntrico. A pesar de los silencios no parece que  fuera muy feliz con su primer marido y conoció el amor en mayúsculas con su segundo marido, al que también perdió sin que pudiera hacer nada para retenerlo a su lado y es que a veces los dones no funcionan como a una le gustaría. 

Simona Bélmez, no se puede ser más ruin y tener el alma más negra, tanto como las flores exóticas que cultiva su señora Fiona Warwick en el invernadero de Casa Baena. Llegó allí buscando un trabajo y poner distancia con ese Cádiz salobre que se había cobrado la vida de su hijo. Allí dejó a su madre Dorita Gómez, a quién todos toman como demente y a su marido Benigno, un hombre apocado que pasa sus horas en la Gaviota, la pensión que regenta Balbina y que cuida con devoción amorosa a su suegra. Ama de llaves de Casa Baena, la dirige con mano de hierro, conoce todos sus pasadizos secretos y los utiliza para hacer desaparecer a su conveniencia a aquellos que puedan interponerse entre Alejandro Baena y ella. Su amor por el señorito, haber concebido un hijo que se malogró y el haber sido un capricho pasajero la ciegan de tal forma que saca lo peor de si misma. 

Entre los personajes masculinos dos han llamado mi atención y solo pretendo hablar de ellos:

Miguel Balboa: Tiró para el monte huyendo de la justicia que probablemente le hubiera aplicado el garrote vil, acusado por su propio hermano. Con alma noble, va acompañado de cuatro hombres más que por distintas razones han terminado durmiendo a la intemperie y haciendo del pillaje su modo de vida. Líder de la banda del Cañamero, Miguel no cuadra mucho con la imagen del bandolero que yo tenía, en las alforjas un ejemplar de Los Miserables de Víctor Hugo, su corazón roto por una mujer, y remendado por otra que posiblemente no se fijará nunca en él. Con los pies en el suelo, mantiene las manos levantadas para tocar la esperanza de una vida distinta a la que lleva, y con restaurar el buen nombre de la familia. Es probablemente el más noble de los personajes masculinos que transita por esta novela.

Angus Slorrance: con este personaje me ocurre justo lo contrario que con Miguel, lo he odiado desde el principio, quizás es porque con la flema británica tengo ciertos problemillas. Podría decirse que es un caza tesoros, se dedica a realizar excavaciones, y a buscar piezas antiguas. Mason como Conrado, o Alejandro Baena. esconde intenciones oscuras, su alma es tan negra como la de Simona, es manipulador, y tiene un armario repleto de secretos que en la época podrían considerarse verdaderos escándalos que terminarían con su respetabilidad.

Quedan una gran multitud de personajes por descubrir, pero si he logrado picar tu curiosidad sumérgete en las páginas de esta  novela, te aguardan aventuras, amores apasionados, venganzas, manipulaciones, conspiraciones francmasónicas, sesiones espiritistas, bandoleros, el contraste entre las clases pudientes y las menesterosas, la inocencia de los niños y su perverso egoísmo, todo ello cocinado a fuego lento, y aderezado con especias que realzan su sabor.

Conclusión:

Tierras de Niebla y miel es una novela escrita con una prosa sencilla, fluida, que mezcla el lenguaje más refinado de las clases adineradas, con el más coloquial de las clases bajas, e incluso la media lengua que utilizan aquellos cuya vida ha estado llena de privaciones. Para mi un recurso que dota a esta novela de frescura, y con tantas como se publican a lo largo de un año la dota de un atractivo importante.

A la belleza de los paisajes en los que transcurre, se une la fuerza de unos personajes brillantemente trazados tanto física o como psicológicamente, y a pesar de la gran cantidad de ellos que desfilan por las más de quinientas páginas en ningún momento me he sentido perdida.

Si quieres una novela difícil de encasillar que combine una buena ambientación histórica, un buen romance, o varios, aventuras, y una estructura brillante que te atrape, no puedes dejar pasar la oportunidad de leer esta historia, que seguro que disfrutarás el doble si eres de la zona y puedes acercarte a El Torcal, La peña de los Enamorados y el Dolmen de Menga, y admirar lo que queda del Cortijo Jurado.

No puedo más que recomendaros una lectura que estoy segura que os dará horas de buen entretenimiento.

Esta reseña participa en la iniciativa

Tierras de niebla y miel. Marta Albelló

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