Revista En Femenino

Timos modernos (por Ana)

Publicado el 17 enero 2013 por Imperfectas

Timos modernos (por Ana)
Últimamente tengo la sensación de que tengo que estar alerta, siempre pendiente de que no me engañen… es como si viviese en una eterna conspiración contra mi persona. Hay que reconocer que yo siempre he sido un poco paranoica (y muchas otras cosas raras, pero eso es material de otro post) pero lo cierto es que creo tener pruebas de que el timo de la estampita se ha modernizado hasta límites inimaginables.
Voy a poneros un ejemplo, que para mí es bastante significativo no solo del morro que le echan algunos a la vida, también de la sociedad en la que nos estamos convirtiendo, a mi modesto entender, no demasiada sana ni buena.
Ayer fui a la consulta de un endocrino. Acudí de manera privada, ya que el problema que quería consultar no era grave y tal y como está el tema de la seguridad social pensé que me iban a dar para dentro de dos años y no quería colapsar aún más las consultas. Teniendo en cuenta que, por determinadas circunstancias, tengo contrato con una compañía de salud, pues eso, que allá que me fui.
Lo que quería consultar era que en los últimos tiempos me noto hinchada, cada vez que como me siento como un globo de grandes dimensiones y lo cierto es que he engordado un poco sólo de tripilla y cintura. Quería que me hicieran unos análisis porque me da que tengo algún tipo de intolerancia, no sé, es como si me cayera mal algo al estómago y eso dificultara la digestión.
Pues bien, según entré en la consulta, el médico, hablando a una velocidad de vértigo y sin preguntarme siquiera el nombre, me pregunta: “Bien, a ver, entonces, ¿quieres adelgazar, no?” Yo le explico que no es solo eso, y le cuento un poco el problema… Me interrumpe para decirme que tiene que hacerme una ficha y que me tiene que pesar y medir. Lo veo lógico por lo que accedo a ello. Lo hace y llega a la conclusión de que me sobran un par de kilos, a lo sumo tres (vamos, lo que ya sabía yo) y me empieza a contar la dieta que me va a poner. Toda a base de verduras, una dieta que él aprendió cuando estaba trabajando en Francia, porque los franceses son muy metódicos para esto y son geniales y bla,bla,bla… A todo esto, yo sin poder meter baza… Me dice que tengo que beber muchísima agua y que, como complemento a las verduras, me va a mandar comprar unos complejos vitamínicos de la misma marca francesa para la que él ha trabajado (y sospecho que sigue haciéndolo) y que son tipo papillas, sobres, etc… y por supuesto, valen una pasta (esto no me lo dice así, pero por lo menos tiene la decencia de insinuarlo)
Llegados a este punto, yo estoy ya con los ojos como plato… vamos a ver, que yo no soy un tipazo, pero que creo que no estoy como para llevar una dieta tan estricta, que con una dieta normalita de “usted quítese el pan, no mezcle hidratos de carbono, cene verduras” y esas cosas, puedo perder perfectamente los dos kilos que me sobran. Hago deporte, no llevo una vida sedentaria… no sé…
Pues para culminar, va y me dice que para poder ponerme esta dieta taaaannn completa y complicada (vamos, no sé yo que complicación tiene comer verduras a todo trapo) me tiene que hacer una prueba que solo hacen en un hospital de Madrid y que, oh, dios mío, por desgracia, no cubren las compañías de salud… ¡Acabáramos, que me va a costar más dinero, aparte de los sobrecitos! Es una prueba que vale como 100 euros. Y para rematar la faena, me comenta que él también trabaja en ese hospital (vamos, que están todos compinchados), o sea que perfecto, me hacen la prueba y luego me paso directamente por su consulta y él ya solo tiene que decirme cuánto tiempo tengo que estar tomando verduritas (que para eso es la prueba, para que él determine cuánto tiempo dura la dichosa dieta maravillosa)
¡¡Pero estamos locos o qué!! Y habrá quien lo pague para quitarse sólo dos kilos y se meta a hacer una dieta que vete tú a saber si no será mala para el organismo (lo de los potingues ajenos a la comida siempre me ha dado mucho miedo). Por favor, que no es un problema de sobrepeso ni de salud, que es estética pura y dura… Pero, qué clase de sociedad somos que nos gastamos el dinero que no tenemos en tonterías de este tipo mientras otros mueren de hambre. Entiendo que si pensase 100 kilos con mi altura hiciera todo lo posible para estar mejor, pero en estas circunstancias actuales me parece todo innecesario, de verdad…
Así que me volví a casita como estaba y de los análisis para el tema de la intolerancia ni siquiera se habló, y eso sí que es un tema de salud y a mi modo de ver bastante importante… Manda narices…

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