“Soy una fotógrafa y nada más”decía Tina Modotti… ¿Nada más?
La italiana Assunta Adelaide Luigia Modotti era el tipo que Puccini hubiera llamado “pasión desesperada”(1). Su vida –como la de una heroína de ópera- transcurrió entre duras realidades sociales, desarraigos, política, un amor condenado y la muerte.
El fuego de Tinissima (2) se encendió temprano. Quizás cuando la miseria la expulsó de su Udine natal, probablemente en 1921 cuando el famoso Edward Weston le enseñó a usar una cámara fotográfica ¿en México, junto a Frida, Diego Rivera y Siqueiros? ¿O en 1927 cuando se hizo miembro del Partido Comunista? Es difícil saber. Pero la combustión alcanzó su punto más alto en 1928, cuando conoció al dirigente estudiantil cubano Julio Antonio Mella, su gran amor y hombre que fue asesinado mientras paseaba de su brazo.¿Fuego? Seguramente las llamas ardieron en Tina cuando, en el medio del dolor, fue difamada por la prensa amarilla, satanizada políticamente y por último, deportada del país azteca acusada injustamente de conspirar contra el presidente.
Luego de pasar por Alemania y la Unión Soviética, Modotti recaló en la Guerra Civil Española, cocinando y atendiendo heridos, mientras se relacionaba con Robert Capa, Gerda Taro, Ernest Hemingway, Malraux, Rafael Alberti y Antonio Machado quien la llamó “ángel de mi casa”
Tina manejó cámara y militancia de la misma forma que su vida, sin sutilezas y con la libertad tatuada en el corazón. Su lente capturó campesinos, obreros, niños de la calle, madres amamantando - imágenes de un realismo conmovedor, testimonios irrefutables de la tristeza y lucha de los pobres.
“…si mis fotografías se diferencian de otras obras que se producen en este campo es justamente porque busco producir no precisamente arte, sino fotografías honestas, sin trucos ni manipulaciones…”En 1939, mientras ascendía el fascismo y caía el mundo que soñó, Tina regresó a México. Había envejecido prematuramente. Ya no era la hermosísima Mujer que Weston fotografió desnuda en la azotea, o la que Diego Rivera vistió con camisa roja y falda negra en uno de sus famosos murales. La donna appasionata falleció en 1942 y según la historia oficial, sufrió un ataque cardíaco a bordo de un taxi. Entre sus pertenencias se encontró la pequeña foto de Julio Antonio Mella que la había acompañado a todos lados.,Para algunos, allí se extinguió el fuego de Tina Modotti. Otros, como el poeta chileno Pablo Neruda(3) opinaron distinto:
"Tina Modotti,
hermana, no duermes, no, no duermes.Descansa dulcemente, hermana.(...)Son los tuyos, hermana: los que hoy dicen tu nombre, los que de todas partes , del agua y de la tierra, con tu nombre otros nombres callamos y decimos.Porque el fuego no
muere".
En el audio, más de Tina Modotti con “Passione” y “Nessun Dorma” de Pavarotti <br /> <div style="width:126;" id="flashPlayerHTML-Small"> <div id="playerHeader"></div> <div class="evocaFlashPlayer" id="playerCode"> <img src="http://www.blogger.com/img/object_element.gif" style="height: 20px; width: 126px; " class="BLOGGER-object-element tr_noresize tr_placeholder" id="BLOGGER_object_1" data-original-id="BLOGGER_object_1" /><br /> </div> <div id="playerFooter"></div></div>
(1) El célebre Puccini dijo alguna vez a propósito de una ópera “M. lo siente en francés, con polvos y minués; yo lo siento en italiano, con una pasión desesperada” (G.Puccini,Carner 1974)
(2) Julio Antonio Mella, en sus cartas de amor la llamaba “Mia cara Tinissima”. La escritora Elena Poniatowska escribió la biografía novelada "Tinissima".
(3) El día que falleció Tina Modotti, Pablo Neruda escribió este poema que posteriormente fue esculpido en la lápida de su tumba en el Panteón de Dolores (México DF)
Links en el texto: Wikipedia
LOS COMENTARIOS (3)
publicado el 13 marzo a las 03:53
_es feo los libros que escribe- _
publicado el 13 febrero a las 18:56
Y tan agradable y mágico es encontrarte aquí, como en La Cueva...muchas Gracias Muy Querido Amigo! Abrazotes tan gigantes y más!
publicado el 12 febrero a las 00:03
Te sigo también por estos lares, y aprovecho por alabar tanto la belleza de tus letras como la de tu alma.
Abrazotes gigantes