La salida de Ricardo Caruso Lombardi de San Lorenzo tuvo su final. Negociación va, negociación viene, finalmente hubo arreglo con lo económico con el presidente Matías Lammens y el Tano dijo adiós a Boedo. Y ya tiene reemplazante: Juan Antonio Pizzi se hará cargo del plantel, tras la mediática reunión desarrollada en Ideas del Sur. Hubo acuerdo en el proyecto y el ex Barcelona afrontará el desafío más importante de su carrera como técnico. Con Sampaoli caído, por un millón de razones verdes, los candidatos escaseaban, otros prácticamente se bajaban (Jorge Fossati) y otras posibilidades carecían de apoyo en el seno de la Comisión Directiva, tal es el caso del español Víctor Fernández. En la escasez de propuestas, talló fuerte el nombre de Pizzi, un perfil más europeo, de menor presencia mediática y con una propuesta abocada a las divisiones inferiores, características que sedujeron a Marcelo Tinelli, quien a la vez consultó con el flamante manager de San Lorenzo, Bernardo Romeo, que dio su beneplácito para el arribo del ex Rosario Central.
El desafío de Pizzi es enorme. Tendrá que levantar la moral de un plantel herido, con varias derrotas en fila y el descenso tocando la puerta nuevamente. Un grupo de futbolistas que cuenta con mayor calidad que el de la temporada pasada, pero que, pasadas diez fechas, no ha podido elaborar una línea de juego definida ni resultados. Los apenas 6 goles que marcó San Lorenzo en este torneo dan una pauta palpable de lo manifestado. Sumar puntos será la premisa insoslayable, los tiempos y necesidades son imperantes en estos tiempos.
Ya nada fue igual
Tinelli, desde el principio, le marcó la cancha a Caruso Lombardi. Avanzó en una política comunicacional donde el club no quedara tan expuesto a las embestidas mediáticas del entrenador, de verba inflamada y situaciones extradeportivas, léase pelea en la calle con Fabián García, ayudante de campo de Leonardo, declaraciones polémicas como la de pisar a periodistas con un auto y presencia omnipresente en los medios de comunicación. Tinelli apunta a un perfil más europeo de conducción, en el que el club, como imagen de marca, no quede mal parado ante la opinión pública, que las noticias sobre San Lorenzo sean deportivas, exclusivamente. A Tinelli no le gustó el proceder de Caruso, se lo aclaró desde el principio, la necesidad de cambiar de estilo era una prioridad para los nuevos dirigentes. A Caruso, el personaje se lo comió hace años y las disidencias resultaban inevitables. Pasados los tiempos en que MT había colaborado económicamente para que el por aquél entonces técnico de Quilmes desembarcara en Boedo. En la última reunión, en Ideas del Sur, Tinelli no quiso formar parte de la reunión con el técnico, pero sí lo hizo con Juan Antonio Pizzi. Señales visibles del malhumor que tiene el conductor televisivo con el ex Argentinos, Tigre, Racing, entre otros, quien sin embargo ha cosechado elogios dentro del plantel, como de Pablo Migliore, por ejemplo, y también de los hinchas en las redes sociales, marcando como punto de inflexión aquella recordada Promoción ante San Lorenzo que le permitió quedarse en Primera. El agarrar el timón cuando nadie quería hacerlo y haber dejado en pie a un Titanic que tenía destino de naufragio.
El banco tiene nuevo dueño. Una apuesta de la dupla Lammens – Tinelli, una apuesta con sus riesgos, con el requerimiento de obtener puntos. Si se consigue eso, el proyecto podrá ir madurando, decantándose. Si no, ya sabemos, es fútbol argentino.