TÍTULO ORIGINAL ¡Tintorera!
AÑO 1977
NACIONALIDAD UK-Mexico
DIRECTOR René Cardona Jr.
GUIÓN René Cardona Jr., sobre la novela de Ramón Bravo
MÚSICA Basil Poledouris
FOTOGRAFÍA Ramón Bravo, León Sánchez
REPARTO Hugo Stiglitz, Andrés García, Fiona Lewis, Susan George, Eleazar García “Chelelo”, Roberto Guzmán, Alejandro Ciangherotti
SINOPSIS Steven es un empresario que pasa sus vacaciones en el yate de unos amigos en la costa del caribe méxicano; Miguel es un vividor que ejerce como instructor de submarinismo de un hotel cercano. Rivales al principio, acaban forjando una sólida y extraña amistad, sobre todo gracias a una curiosa relación a tres bandas con Gabriela, una turista inglesa. ¡Ah! También sale un tiburón con enfisema pulmonar.
Intento de aprovechar el tirón del “Tiburón” (1975) de Steven Spielberg, que en realidad se trata de un drama erótico con esporádicos ataques de escualos. Mezcla de un alargado anuncio turístico de Cancun (planos infinitos de hoteles de lujo, turistas desinhibidos, playas, diversión) y erotismo de saldo en la línea del cine de destape de la época (pechos al aire, traseros blancos y anémicos, y algún cimbrel esporádico), seguimos las andazas de dos chulos de playa en busca de extranjeras con ganas de carne latina en barra. Lo cierto es que los protagonistas matan a más tiburones que a la inversa, y los matan de verdad, algo que hoy día harían las delicias de cualquier sociedad protectora de animales.
Sigo después del clic… ¡Spoiler ahead!
Steven sufre un ataque de stress debido a su agobiante jornada laboral que incluye 7 tazas de café y 3 paquetes de cigarrillos antes del desayuno (sic). Para intentar relajarse decide tomarse unas vacaciones en el yate de unos amigos, fondeado en la costa de Isla Mujeres, en México; allí conoce a Colorado, que es el encargado del mantenimiento del yate cuando nadie lo utiliza, y en la película ejerce un papel entre contrapunto cómico y conciencia de Steven, algo así como el Alfred de Batman. Colorado también se dedica a la pesca de tiburones, actividad que llama la atención de Steven; realmente lo que hace es revisar el palangre cada dos o tres días para recoger a los bichos que se han quedado ensartados.
Steven conoce y comienza una relación con Patricia, una turista yanqui, pero como es un inseguro y un poco meapilas, no puede evitar que la chica flirtee con Miguel, un vividor que se dedica a la conquista de toda mujer que se le pone por delante, en general, y de esposas de millonarios, en particular. Después de pasar la noche juntos, Patricia deja a Miguel en un bungalow en primera línea de playa y se sumerge desnuda en el mar con la intención (se supone) de nadar hasta el yate de Steven. Mujer desnuda + playa solitaria = mala idea. Aparece (por fin) el tiburón que da título a la película y se come a la moza. Nadie la echa de menos y a nadie le parece extraño que se haya ido dejando atrás sus cosas y la factura del hotel sin pagar.
Miguel y Steven vuelven a encontrarse y empiezan una curiosa amistad basada principalmente en la rivalidad y en las enseñanzas de Miguel sobre cómo aprovechar la vida y no preocuparse del mañana. Por la noche se dedican a cazar turistas y por el día a pescar tiburones, pero, haciendo gala de virilidad, lo hacen en la modalidad de pesca submarina, arpón en ristre, y disparando al primer bicho que pase por allí para dejar que se desangre y atraiga al escualo (recordar que las escenas submarinas son reales, rodadas por especialistas).
Finalmente, conocen a Gabriela, una turista inglesa, por la que ambos compiten inicialmente, pero con la que terminan manteniendo una peculiar relación consentida a tres bandas, basada en no enamorarse, no sentir celos y permanecer fieles dentro del triángulo. La relación avanza, y Miguel y Steven tienen una perturbadora conversación en la que se intercambian primeros planos e intensas miradas. En este sentido, la cinta es arriesgada. No hay muchas películas que traten una relación entre dos hombres y una mujer, más allá del típico triángulo amoroso; y, sobre todo, es bastante valiente la evolución de la relación entre los dos personajes centrales, empezando desde la rivalidad más viril, hasta una mutua admiración y, quizás, algo más, sin caer en tópicos ni ser desagradable (bueno, puede que sólo un poco pasteloso de más).
Durante una de las sesiones de pesca submarina, alguien se acuerda de cuál es el título de la peli, y la tintorera vuelve a hacer acto de presencia para partir a Miguel en dos y llevarse su cabeza como trofeo. Gabriela decide entonces que ahí se acaban sus vacaciones, y Steven, asolado por la pena, se dedica a acudir a toda fiesta nocturna que encuentra. En una de esas tiene la maravillosa idea de invitar a un grupo de gente a “su” barco, y en vez de llevarlos en la lancha, se deja llevar por la ocurrencia que tiene alguien de ir nadando desnudos. Mientras retoza con una de las chicas, aparece la tintorera y se la arranca de entre los brazos. Al llegar a esta altura, casi podemos intuir que el tiburón tiene algún tipo de obsesión con el pobre Steven.
Los acontecimientos se precipitan y Steven toma la resolución de acabar con el pez, terminando con un enfrentamiento personal en el que consigue clavarle un arponazo entre los ojos, pero no puede evitar que con sus últimos estertores se lo lleve por delante.
La película se rodó originalmente en dos idiomas, el inglés y el español (mexicano), y ambos son hablados por los actores indistintamente a lo largo de la película. Es curioso que los actores hispanos parece que hablan español con acento, mientras que los ingleses dan la impresión de que recitan su papel al dictado.
La versión original tiene un metraje total de unos 126 minutos, mientras que la versión internacional tiene una duración mucho más acorde a la paciencia del público (unos 40 minutos menos). Contrariamente a lo esperado, no se recortan escenas de desnudos (es más, hay un par de escenas de cama que sí aparecen en la versión recortada), ni las pocas escenas sangrientas de los ataques del tiburón, sino muchas de las escenas submarinas, escenas de paisajes y un par de subtramas sin mucha importancia; aparte, la historia está remontada, y muchas de las situaciones ocurren en un orden diferente. Además, al menos en la versión española (con un doblaje de lo peor que he escuchado), hay un buen montón de diálogos completamente inventados, y conversaciones en off que no aparecen en la versión original; la “respiración ahogada” de la tintorera, que en la versión original casi pasa desapercibida, aparece muy exagerada en la versión internacional, sonando muy por encima de la banda sonora.
Para terminar, un par de curiosidades.
En México se llama Tintorera al Tiburón Tigre, que es el que sale en la película; en algunos países, se llama Tintorera al Tiburón Azul.
Quentin Tarantino declaró que es fan de la película y realizó su particular homenaje a la misma dándole el nombre de uno de los protagonistas a uno de los personajes de “Malditos Bastardos”.
La película cuenta con una extensa colección de carteles, la mayoría de los cuales prometen una historia completamente diferente; por supuesto también hay una variante del mítico póster de “Tiburón”. Os dejo con una pequeña selección.