Crítica. Música. –“Tíos cabales”LOS ENEMIGOS+KIKO VENENO+LOS RUIDOSCarpa de La Ería, Oviedo.Lunes 15 de septiembre de 2014.
Lejos de los grandes focos, de los titulares que siempre se llenan con la gastada palabra “histórico” existen otros músicos que han labrado su carrera con íntegros trazos. Sin la tiranía de las grandes audiencias, libres y personales.
Abrieron Los Ruidos, el grupo Guadiana del rock asturiano que trató de presentar su nuevo trabajo, “Nací cigarra”, segundo álbum publicado veintidós años después de su debut, del que tocaron algunos clásicos como “Si te gustan los toros, mata a los toreros”. Y digo que trataron de presentar porque cuando se disponían a ello les cortaron su actuación de forma bastante brusca. La persiana con el logo de Oviedo les dejó ocultos y, lamentablemente, nos quedamos sin escuchar algunos de sus temas nuevos.
Kiko Veneno se presentó con ganas de deleitar y pronto escuchamos algunas de sus grandes canciones como el esencial “Memphis blues again”. El músico catalán, rodeado por una banda de lujo, logra encandilar al más pintado con esa mezcla suya, personal, donde el rock se abraza a la rumba con un crisol de matices rico, único e inimitable.
Y llega el momento esperado de la noche, el regreso de Los Enemigos. Rememoro su primer concierto en Oviedo, en la sala La Real un 9 de febrero de 1989 y me parece increíble que veinticinco años hayan pasado tan deprisa. Abren con “Brindis” un concierto donde lo de menos fue que el sonido no se ajustara a su grandeza en algunos momentos. Porque el cuarteto madrileño es una de las piedras angulares del rock español, con uno de los letristas más inteligentes y profundos como Josele Santiago y con un repertorio pleno de enormes canciones repartidas en álbumes que han dejado huella más allá de los efímeros laureles comerciales. Su rastro se percibe nítido porque está grabado a fuego en muchos corazones. Porque las historias reunidas en ese cancionero, algunas de las cuales sonaron en esta noche (“La cuenta atrás”, “Septiembre”, “Desde el jergón”, “Paracaídas”, “Quillo”), conectan directamente con las historias de aquellos que no llenan grandes titulares. Allí, en ese territorio humano es donde brillan músicos como Los Enemigos, un alimento fundamental para el espíritu de muchos. Para el bis se reservan dos clásicos de sus primeros tiempos: el magnífico “John Wayne” de su segundo álbum “Un tío cabal” y el “Complejo” de “Ferpectamente”, su primero. Se apagan las luces y uno desearía que la velada no se terminase, que se pudiera estirar un poco más. Mi amigo Alberto Noriega me recuerda cómo en su anterior concierto ovetense quemamos la noche de la ciudad con Fino Oyonarte hasta bien entrada la mañana -¡y al día siguiente tenía concierto en Bilbao!- y siento que, a veces, de la mano de grandes como Los Enemigos, el tiempo puede detenerse.
MANOLO D. ABAD
Fotos:ALBERTO CEAN (Los Ruidos) ALBERTO NORIEGA (Los Enemigos)
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el miércoles 17 de septiembre de 2014