Según la Organización Mundial de la Salud, una bacteria puede definirse como multirresistente o superbacteria cuando lo es al menos a tres clases de antibióticos distintos. A continuación, un repaso de las más relevantes.
Staphylococcus aureus
Una de las bacterias con mayor capacidad de adaptación a la acción de los antibióticos. Presente en la piel y mucosas de cerca de un 50% de la población, tiene el honor de ser la primera bacteria en la que se descubrió la resistencia a la penicilina en 1947, tan solo cuatro años después de que comenzase su producción masiva. La meticilina fue entonces el antibiótico alternativo de elección, pero el primer Staphylococcus aureus resistente a la meticilina fue detectado en Inglaterra en 1961 y es ahora bastante común en los hospitales. Progresivamente ha desarrollado resistencia a las tetraciclinas y la eritromicina, lo que dejaría a la vancomicina como el único medicamento efectivo disponible actualmente. Sin embargo, a finales de la década de 1990 aparecieron las primeras cepas con niveles intermedios de resistencia. El primer caso identificado se produjo en Japón en 1996, y desde entonces la cepa se ha encontrado en hospitales en Inglaterra, Francia y EE.UU. La primera cepa documentada con resistencia total a la vancomicina hizo su aparición en EE.UU. en 2002. Una nueva clase de antibióticos, las oxazolidinonas, ha comenzado a estar disponible en la década de 1990, siendo la linezolida la primera oxazolidinona disponible comercialmente, comparable en eficiencia a la vancomicina contra Staphylococcus aureus. Sin embargo, se ha informado de una cepa resistente a la linezolida en 2003. Es, como vemos un proceso continuo de adaptación a los sucesivos antibióticos. Actualmente, la infección por Staphylococcus aureus se ha convertido en una enfermedad epidémica de rápida evolución y desenlace fatal. Staphylococcus aureus es el patógeno resistente a los antibióticos más frecuentemente identificado en los hospitales, pero la epidemiología de las infecciones causadas por esta superbacteria ha cambiado rápidamente y ya se encuentra fuera de entornos hospitalarios, asociada a infecciones de la piel y los tejidos blandos. Se han producido brotes en equipos deportivos o guarderías y las infecciones por Staphylococcus aureus son actualmente endémicas en muchas regiones urbanas.
Proteus
Produce infecciones del tracto urinario adquiridas en hospitales. Es, sin embargo, altamente móvil y ha salido de ellos para colonizar las ciudades. Proteus vulgaris no es sensible a ciertos antibióticos. Sin embargo, este organismo es aislado menos frecuentemente en el laboratorio y habitualmente sólo ataca a pacientes inmunodeprimidos. Se encuentra naturalmente en el intestino de las personas y en una gran variedad de animales, así como en su estiércol, en los suelos y las aguas contaminadas. Proteus mirabilis, otra bacteria multirresistente del género Proteus, se asocia con infecciones del tracto urinario. Una vez en el tracto urinario, es capaz de infectar el riñón con mayor frecuencia que otras bacterias.
Pseudomonas aeruginosa
Es una superbacteria oportunista, es decir, que infecta a individuos inmunodeprimidos, causando patologías crónicas. Posee una baja susceptibilidad antibiótica intrínseca pero es además capaz de desarrollar fácilmente una resistencia adquirida por mutaciones o por transferencia de genes. Infecta los pulmones y las vías respiratorias, las vías urinarias, los tejidos y también causa otras sepsis (infecciones generalizadas en el organismo).
La resistencia de Streptococcus pneumoniae a la penicilina y otros antimicrobianos del grupo de los betalactámicos se está incrementando en todo el mundo. De hecho, parece que el uso de los mismos se constituye en factor de riesgo para la infección y colonización de esta superbacteria. Es responsable de neumonía, otitis media, sinusitis, meningitis, peritonitis, entre otras patologías. La neumonía causada por Streptococcus pneumoniae resistente a la penicilina (comúnmente conocida como Pneumococo) fue detectada ya en 1967.
Estas son las superbacterias que más infecciones graves y potencialmente mortales provocan en hospitales, pero la comunidad médica sigue con preocupación el incremento de la resistencia antimicrobiana en otras que son enormemente más comunes y, por ello, un riesgo importante para la salud pública.
Salmonella
Todos hemos oído hablar de ella, especialmente en verano. Está presente en humanos, alimentos y animales. Esta bacteria es resistente a la ampicilina, tetraciclina y sulfonamida en humanos, como también en aves, cerdos y vacuno y sus carnes. Según una de las últimas investigaciones realizadas en el ámbito europeo, la tendencia a generar resistencia de Salmonella es creciente.
Escherichia Coli
Una de las bacterias que habitualmente se encuentran en el tubo digestivo de todas las personas. Las cepas de este patógeno que pueden causar diarrea se transmiten en la mayoría de los casos a través del agua o alimentos contaminados o por contacto con animales o personas, igual que en el caso de Campylobacter, otra bacteria omnipresente. Escherichia coli es actualmente resistente a cinco variantes de las fluoroquinolonas.