Después de un largo silencio he decidido volver a retomar mis publicaciones, no sin antes agradecer a todos aquellos que me siguen y me han dicho lo mucho que extrañan mis historias. Un beso a todos.
Si de volver a buenas prácticas se trata, hoy voy a compartir mi nuevo reto personal: Volver a tener la figura que Yo tuve antes de quedar embarazada con Samariel (si eres nueva leyendo mi Blog debes saber que este es el nickname que Yo le doy a mis gemelos).
Todas las mujeres que hemos sido madres sabemos que volver a ver en el espejo a una delgada y curvilínea mujer puede ser un largo camino, lleno de pastillas peligrosas, dietas imposibles, cremas milagrosas y todo artilugio que aparezca en Internet.
El camino fácil no existe para nada que valga la pena en la vida. Si algo viene con una promesa de resultados inmediatos y sin el mínimo esfuerzo, ¡Desconfía y corre en la dirección opuesta!
Las mamás siempre tenemos poco tiempo para dedicarnos a nuestro cuidado personal cuando nuestros hijos son pequeños, al menos eso decimos en un tono casi cómplice y sin vergüenza para continuar desarrollando esos rollitos alrededor de nuestro vientre.
He encontrado algunos tips que me estoy segura les ayudarán a perder esas llantas que abrazan fuertemente nuestro vientre:
- Da de lactar a tu hijo. Dicen que es la mejor manera de bajar de peso.
- Tomar 2 litros de agua diario. Si te parece que no tiene sabor, puedes echarle unas gotitas de limón.
- En las mañanas toma una taza de té verde o de té azul. Son diuréticos y evitarán que retengas líquido.
- Come entre comidas una fruta pequeña, que no sea plátano ni uvas ya que tienen mucho azúcar.
- No comas nada después de las 7 de la noche. Tu metabolismo se vuelve lento.
- Reduce tus carbohidratos. ¡No los elimines! Elige sólo uno: papas, arroz o pastas.
- Necesitas ejercitarte. Si tu no quieres ir al gimnasio, puedes salir a correr, a nadar, patinar o realiza sentadillas y abdominales en casa.
Espero estos consejos te ayuden a recuperar tu esbelta figura. No sólo lo vas a agradecer tú, sino también tu familia; te encontraras llena de energía y buen animo. Sólo tienes que decidirte y usar tu fuerza de voluntad. Todas hemos pasado por este momento:
“La diferencia entre querer ser y ser, es la voluntad de hacer”