El futuro del mejor equipo del planeta será comandado por el segundo de Guardiola, un hombre de la casa y muy querido por el plantel y la afición. De su mano, el conjunto blaugrana espera mantenerse como la máxima referencia en cuanto a juego y resultados. Capacidad y conocimientos le sobran.
“Los jugadores le conocen, tocará muy poco lo que tenemos. Yo sólo daba voz a las ideas conjuntas que teníamos los dos”. Las palabras de Pep avalan el diagnóstico de las autoridades culés, que buscarán mantener el modelo que llevó a la institución a conseguir los títulos más importantes de su historia.
Como Barcelona es “más que un club”, el nombramiento del técnico oriundo de Bellcaire se apoya en muchísimas aristas alejadas del mero comportamiento deportivo: su relación con los jugadores y su capacidad para desarrollar el “ADN Barça” lograron que le saque años luz de ventaja sobre el resto de los candidatos.
Entre las credenciales de Vilanova sobresalen tareas distintivas para un club que basa su filosofía en los juveniles. Fue entrenador de la legendaria categoría 87′, una formación que contaba con apellidos como Messi, Piqué, Cesc y Víctor Vázquez. La exigencia a la cual sometía Tito a sus dirigidos fascinaba a los jóvenes, quienes afrontaban cada desafío con informes sobre los rivales y planes estratégicos dignos de un primer equipo.
El barcelonismo está dolido por el alejamiento de Guardiola, pero aquello que parecía ser una procesión menguó con la designación de su sucesor. De perfil bajo, este observador meticuloso y puntual acaparó las portadas de los diarios a fines de 2011 por una operación que lo apartó un par de semanas del vestuario catalán. Ese trance, sumado a la enfermedad de Abidal, y la forma de sobreponerse, demostraron la calidad humana de uno de los equipos más impactantes de la historia.
Con el desafío de volver a la final de la Champions la próxima temporada, Tito encara una tarea para la cual siempre se preparó. Difícilmente otra escuadra iguale lo conseguido por este plantel. El ‘Pep Team’ anuló durante 4 años cualquier debate sobre gustos y paladares. Con laureles y una perfección soberbia, el fútbol blaugrana será inolvidable, entre otras cosas porque el orgullo y la competitividad de los jugadores que conforman actualmente el plantel del Barcelona se mantienen inalterables. Vilanova abogará por conservar ese espíritu, desafío que los cracks culés acatarán desde su primer día al mando.
“El fin de un ciclo”, aventuraron los oportunistas de siempre. Se olvidan que por su excelencia y sus valores, este equipo se define “contracultural”. Para la Real Academia Española, un ciclo es una “serie de fases por las que pasa un fenómeno periódico”. Por convicción -ni suerte, ni azar- estos monstruos no le temen a los períodos y de la mano de Tito seguirán jugando para la eternidad. El fútbol, agradecido.
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