TÍTULO: EL CLUB DEL CRIMEN DE LOS JUEVES
AUTOR: RICHARD OSMAN
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2020
EDITORIAL: ESPASA
GÉNERO: NOVELA NEGRA
El socio del constructor de un complejo-residencia de ancianos aparece muerto después de una discusión entre ellos. Cuatro simpáticos jubilados que pasan de los setenta años, creadores de “El club del crimen de los Jueves” para entretenerse en resolver crímenes antiguos, deciden investigar. Ron, un antiguo sindicalista muy famoso y muy combativo, que por sistema nunca cree nada de lo que le dicen; Ibrahim, psiquiatra de profesión, elegante, educado y amante del pilates y la natación; Yoyce, antigua enfermera, se puede permitir estar en esta residencia gracias al poder adquisitivo de su hija, se siente feliz por haber sido admitida en el club sustituyendo a Penny, que se encuentra en coma, exinspectora de policía fundadora del club junto con Elizabeth, una mujer muy observadora y deductiva, con numerosos contactos importantes que le deben favores y de la que no conseguimos saber su antigua profesión en toda la novela.
Aparecen también dos policías, Chris Hudson y Donna Freitas, pero su papel no es muy importante ya que el peso de la investigación lo lleva realmente Elizabeth, que siempre va un paso por delante de ellos, aunque sus relaciones son cordiales y de colaboración.
Con un vocabulario sencillo, coloquial, ameno y divertido está contado por dos tipos de narradores que se alternan: en segunda persona por medio del diario que decide escribir Yoyce, contando con entusiasmo no solo cómo se desarrolla la investigación sino también sus devaneos amorosos y su no demasiado buena relación con su hija y por un narrador omnisciente que nos va contando todo lo que Yoyce no ve o no sabe.
En general el libro me parece muy entretenido, divertido, de lectura fácil. La primera parte es casi una presentación de los personajes hasta llegar al primer asesinato, pero la trama se complica en la segunda hasta llegar a un punto en que se hace confuso. Hay demasiados sospechosos, demasiados secretos, demasiados muertos y demasiados personajes hasta el extremo de tener que volver a releer algunos capítulos con mucha atención e incluso tomar notas porque no conseguía aclararme.
Nos presenta una residencia de ancianos en la que todos querríamos acabar nuestros días, llena de actividades en las que ocupar el tiempo, en un lugar privilegiado con viviendas independientes para cada uno de ellos, con un ambiente muy optimista y luminoso, si bien deja entrever en algunos momentos lo dura que resulta la vejez en cuanto a la pérdida de facultades físicas y mentales.
Creo que la intención del autor no es la de hacer una novela en la que lo más importante sea la resolución de todos los asesinatos o plantearnos cuestiones morales sobre ellos, sino quizás la de hacer reflexionar y pensar que, a pesar de la vejez, se puede seguir teniendo una vida activa, estimulante y útil a la sociedad si realmente se desea y se ponen los medios para ello.
La resumiría como una novela muy entretenida y entrañable que nos muestra otra perspectiva de la tercera edad que deberíamos tener en cuenta y valorar.